CAPITULO 22

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- Corre Kyria, corre ¡Ya están aquí! -Esme me gritaba por una ventana que tenía abierta. - ¡Vamos sal ya!

Salí corriendo de la cabaña, nada más salir pude ver desde lejos que en la plaza estaban los cinco hombres que se habían marchado hacia el Clan de los Lobos Blancos y todos ellos estaban rodeados de gente del Clan que les vitoreaba.

Eche a correr todo lo deprisa que mis piernas corrían, allí estaba Dante. Cuando él me vio correr también salió corriendo a mi encuentro y cuando por fin lo tenía al lado salte encima suya, el me cogió con sus brazos y nos besamos.

-Por fin estas aquí.

- He restado cada uno de los segundos que quedaban para poder verte. -No podía parar de besarle, le tocaba la cara, le abrazaba... solo habían pasado dos días, pero para mí habían sido como una eternidad. -Voy a tener que irme más veces para que me recibas así lobita.

- Eres un tonto.

Dante me bajo al suelo y cogió mi mano, me llevo donde se encontraban el resto de los hombres y allí toda la gente del Clan les estaba rodeando.

- ¡Escucharme todos! ¡La misión ha sido un éxito! -Todo el mundo aplaudía, incluida yo. - ¡En los próximos días la gente del Clan de los Lobos Blanco y su Alfa Atheneus se unirán a nuestro Clan! -Más aplausos sonaban, también se oían silbidos, toda la gente estaba eufórica. -Tendremos que hacer una zona de acampada para todos los Clanes que se unan a nosotros, será aquí en nuestro Claro de Luna donde se unifiquen todos los Clanes y nos prepararemos juntos para la batalla. En mi próxima salida, Atheneus también nos acompañara. Partiremos mañana después de que se acomoden y partiremos hacia el Clan del Trueno ¡Y también los incorporaremos a nuestra lucha! -Una vez más la gente gritaba y aplaudía como loca a su Alfa. - ¡Esta noche habrá una fiesta para todos!

Gritos de "viva nuestro Alfa", "Dante eres grande", entre otros sonaban por todo el Claro, Dante hizo un gesto con la mano pidiendo silencio.

- Ir a hacer vuestras tareas y después ir todos a prepararos ¡Nos vemos esta noche!

La gente se fue dispersando poco a poco, hasta que al final nos quedamos los dos solos, Dante me agarro por la cintura.

- ¿Y tú dónde vas? -Me beso.

-A la cascada, tengo entrenamiento con Edon.

- ¿Luego nos vemos entonces?

-Por supuesto.

Aunque me dolía en el alma tener que despedirme de Dante después de estos días separados, le dejé y me fui a la cascada. Como ya empezaba a ser tradición Sunny voló a mi hombro cuando me vio dirigirme hacia allí. Cuando llegue allí todavía no había nadie, cosa que me resulto extraña porque Edon siempre era puntual y ya era más tarde que otros días, me senté allí en el suelo a esperarlo. Pasaron quince minutos y todavía seguía sin llegar.

- ¿Se habrá olvidado de mí?

- ¿Pío? -Sunny me miraba moviendo sus plumitas.

- Hoy hay cambio de planes. -La voz de Dante me sorprendió por la espalda. -Tenemos que empezar a entrenar esos reflejos, cualquier persona que no hubiera sido yo te habría atacado por la espalda y no te hubieras dado cuenta.

- ¿Qué haces aquí? -Me levante del suelo.

- Le dije al viejo que hoy me tocaba a mí, tengo que aprovechar el día contigo antes de volver a irme.

-Me gusta el cambio.

Le volví a besar, a estas alturas era completamente adicta a él, de sus besos, de sus caricias, de su cuerpo, de su forma de ser...

Claro de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora