Dante estaba vivo.
Todavía no sabía cómo lo había hecho, ni que había pasado, pero le había salvado la vida.
Salte encima de él, dándole besos por todas partes, abrazándole, toándole... para asegurarme de que de verdad estaba a mi lado, que no eran imaginaciones mías.
- Me has salvado la vida. –Me volvió a besar.
- Pero... ¿Cómo lo he hecho? ¿Qué es lo que ha pasado? Todavía no logro comprenderlo.
Mi cuerpo y el de Dante todavía brillaban, no como antes mientras le había curado, pero aun emitían un ligero resplandor que iluminaba la cueva.
- Creo que es a esto a lo que se refería la profecía. "No será un hijo de la Luna, será su magia..."
- ¿Qué profecía?
- "... y su magia nos salvara a todos de la oscuridad"
- ¿Qué magia?
Miraba a Dante con los ojos abiertos, incapaz de entender de qué profecía estaba hablando a que se refería con esas palabras que estaba diciendo.
Él todavía estaba débil, aunque su herida se había curado por completo, su cuerpo todavía estaba debilitado, la magia que había salido de mi para curarle no había conseguido que su cuerpo se recuperara completamente, tal vez podía ser por el efecto que la plata había producido en su organismo, pese a que ya no estaba en peligro su cuerpo necesitaba recuperarse, aunque él no me lo decía, yo lo podía notar.
- Mi padre Edon fue el anterior Alfa de Claro de Luna. Cuando yo era pequeño me contaba historias, de una niña que había nacido para luchar contra la oscuridad y poder salvarnos a todos. Según crecí averigüe que esas historias que contaba y que yo siempre pensé que eran invenciones suyas, resultaban ser reales. –Dante estaba serio, no podía saber lo que le pasaba por la cabeza, pero podía notar su preocupación. - Hay que ir a hablar con los sabios y tú tienes que venir conmigo, son los únicos que pueden guiarnos, darnos respuestas y ayudarnos con todo esto.
- ¿Crees que soy parte de una profecía?
-No lo creo lobita, estoy seguro. Tenemos que irnos, hay que ir a hablar con los sabios lo antes posible.
Intento incorporarse, pero seguía muy débil y no lo consiguió, un suspiro de impotencia salió de sus labios.
- No será hoy Dante. Pasaremos la noche aquí, para que repongas fuerzas y mañana iremos al Claro, cuando lleguemos allí, te vera Guerra y después y solo cuando estés completamente recuperado iremos a ver a los sabios.
Dante me miró fijamente a los ojos y me sonrió, yo le agarré su mano y la apreté con fuerza.
- No sé qué he hecho en esta vida para encontrar a alguien como tú.
- Creo que podría decir exactamente lo mismo ¿Dante?
- ¿Sí?
Me daba mucha vergüenza preguntarle esto, pero tenía que hacerlo y este era el momento perfecto. Después de todo lo que había pasado, de nuestros besos, nuestras caricias, de sentir que lo perdía, de sus palabras... tenía que salir de dudas y confirmar lo que yo creía sentir y lo que pensaba que él sentía por mí. Me ruborice y agache la cabeza, era incapaz de mirarle a los ojos.
- ¿Significa esto que yo soy tu Luna?
- Te ha costado Darte cuenta. –Me atrajo con sus manos hacia él y coloco mi cabeza en su pecho. - Desde el primer momento lo supe, incluso antes de verte pude sentirte. Pude sentir cuando apareciste, sentía tu presencia, sentía que algo pasaba, aunque no sabía el que. Y fue cuando te encontré ¿Y tú? ¿Qué sientes lobita?

ESTÁS LEYENDO
Claro de Luna
FantasyHace 27 años el oráculo del Bosque de los Siete Sabios hablo por primera vez después de siglos en silencio: "La primera niña nacida en Luna Nueva no será una hija de la Luna, ella tendrá su magia y su magia será la Luz en la Oscuridad. El fin llegar...