Me desperté, estaba un poco desorientada y me costó un poco ubicar todo lo que había sucedido la noche anterior. Entonces recordé que Dante se había quedado conmigo.
Me gire y ahí estaba completamente dormido. El sol se reflejaba en su cara, si normalmente era guapo en ese momento era el hombre más atractivo que había visto en mi vida. Su cara reflejaba paz y podría decir que felicidad, por primera vez desde que le conocí.
Entonces me fije en que estaba sin camisa, con todo lo ocurrido la noche anterior no me había fijado en ese detalle. Era muy musculoso y muy moreno, tenía el cuerpo lleno de tatuajes, algunos tenían formas de runas antiguas, otro era el ciclo Lunar que había visto antes. Me fije en otro tatuaje era una A y justo debajo de la letra ponía ALPHA. Pude fijarme también en alguna cicatriz extraña que tenía por su torso.
- Buenos días lobita.
Dios, me había pillado mirándole, me quería morir de la vergüenza. Podía apostar lo que fuera a que un tomate estaba menos rojo que mi cara en ese momento.
-Ho-Hola Dante - Genial, encima tartamudeaba, lo que faltaba. Iba a pensar que era tonta.
Dante me miro, sonriéndome. Puedo jurar que no quito su sonrisa en bastante tiempo.
Pero en ese momento su cara volvió a cambiar, volvió a ser el Dante serio y autoritario de siempre. Se levanto de la cama bastante deprisa y antes de salir por la puerta se paró un segundo.
- Creo que ha llegado el momento de mantener una conversación. Vístete, te espero en la cocina.
- Vale.
¿Qué me vista? ¿Pero con qué ropa? Si solo tenía mi ropa desgastada y sucia y esa camiseta. Madre mía, esa camiseta, si casi se me veía todo, que horror.
Fui al baño, ya que tenía que ir así por lo menos poder lavarme la cara y peinarme un poco. Me mire en el espejo, me veía fatal. Mi pelo negro y largo caía sobre mi cara, debajo de mis ojos tenía ojeras, cosa que no favorecía nada con mi tono blanco de piel.
Cuando entre en la cocina, Dante había preparado el desayuno y estaba sentado esperándome.
- Bien, creo que tenemos que hablar. Necesito que me des información sobre alguna cosa que mencionaste anoche.
Yo también me senté en una silla, justo enfrente del.
- Esta bien, pero antes de hablar yo también exijo respuestas - Esta vez era yo quien le hablaba con voz seria- Se supone que esta era mi cabaña, que la única condición si me quedaba era que no podía salir de los límites del Claro. Y ayer me convertiste en prisionera. Me encerraste aquí a mi suerte, sin decirme siquiera que habías cerrado la puerta y ventanas ¿No se te ha ocurrido pensar por un momento, que estaba sola en un lugar desconocido y donde no conozco a nadie? Que vengo de vivir una situación traumática, donde no recuerdo mi pasado ni quién soy. Que no se si necesitare ayuda para algo o simplemente preguntar alguna cosa. - Le miraba desafiante y enfadada y al ver que no contestaba a nada y que su rostro parecía increbrantable seguí hablando - No, en mejor encerrarme y hacerme prisionera a tu antojo. Quiero saber que es este sitio. Porque había tantos lobos acechando en mi cabaña. Quiero saber que quieres de mí y quién diablos eres tú.
Cuando termine de hablar Dante me miro, estaba pensativo.
-Somos un Clan de hombres lobo. El Clan del Claro de Luna, llevamos viviendo aquí durante generaciones, han pasado tantos siglos que no podría decirte exactamente desde cuándo.
- ¿Hombres que? ¿Me estas vacilando? Porque ya es lo que me faltaba...
- Querías respuestas y te las estoy dando Kyria - Su voz era tajante, no titubeo en ningún segundo al decírmelo, estaba diciendo la verdad- Ahora te pido que me escuches. Yo soy el Alfa del Clan, el líder de la manada. Ellos me siguen a mí y yo cuido de ellos, de todos. Somos una familia -Hizo una breve pausa y después continuo- Anoche hubo Luna llena, verás, muchos de nosotros somos uno con nuestro lobo, eso quiere decir que la Luna no nos controla. Podemos transformarnos cuando nosotros queremos la mayor parte del tiempo. Pero hay otros que son jóvenes y se guían por la Luna porque no pueden controlar a su lobo y el lobo les domina, entonces se vuelven animales irracionales y se convierten en un peligro para los humanos -Cerro los ojos y los volvió a abrir, me miró fijamente, parecía que estaba esperando que le creyera, que aceptara su explicación- Por eso te encerré lobita. Sabía que era probable que muchos estuvieran acechándote, no podía dejar que corrieras peligro.
- ¿Entonces tú puedes controlar a tu lobo? Porque ayer cuando apareciste tu apariencia era la misma que tienes ahora.
- Si, aunque hay veces que algunas situaciones me hacen perder el control. Pero eso solo pasa en situaciones límite, cuando no puedo controlar mis sentimientos como la ira ¿Entiendes?
- Sí, creo que entiendo lo que me quieres decir.
Se hizo un silencio entre los dos, yo estaba intentando asimilar toda la información que acababa de recibir, estaba pensativa, mi cabeza parecía un mar de preguntas.
- Pero ayer cuando tú viniste aquí sabía que estaba mal ¿Como te enteraste? ¿Eras el de los ojos amarillos?
- Sentí que estabas mal lobita. Podía notarlo incluso estando lejos. Eso es por el lazo que nos une.
- ¿El lazo? -Le miraba confundida.
- Poco a poco lobita. Yo también necesito que me respondas algunas preguntas. -Sabía que me había cambiado de tema y no había querido contestar a mi pregunta, pero decidí hacer como si nada. - Explícame que es eso de los ojos amarillos.
- No lo sé muy bien. Tuve pesadillas, no puedo decirte que eran exactamente, solo eran imágenes confusas y no lo recuerdo muy bien. Pero lo que sí que puedo recordar perfectamente de una parte del sueño son unos ojos amarillos que me miraban fijamente, como si me acecharan. -Un escalofrió recorrió mi cuerpo. - Después de ese sueño y de no poder quitarme la imagen de esos ojos de mi cabeza, me asomé por el ventanal de mi habitación, en una parte vi a varios lobos, pero en la otra parte tras unos matorrales volví a ver los ojos amarillos. -Necesitaba que me creyera, que supiera que era verdad, que no le estaba mintiendo. - Estaba ahí Dante, de verdad, puedo prometerlo. Al lado de mi habitación, estaba observándome, por eso cogí el cuchillo de la cocina, por si tenía que defenderme.
Dante estaba pensativo y escuchando atentamente todo lo que le estaba contando.
- Te creo lobita. -Cuando dijo esas palabras sentí como un gran peso se me quito de encima. - Tienes que saber una cosa, ahora mismo estamos viviendo un momento complicado. Podríamos decir que estamos en guerra. A parte de nuestro Clan en los alrededores hay diferentes Clanes. Esos Clanes están liderados por diferentes Alfas y no todos los Alfas son buenos.
- ¿Crees que ojos amarillos es alguien de otro Clan?
- Eso es lo que tengo que averiguar. Hace mucho, mucho tiempo los Clanes vivíamos en hermandad, nos ayudábamos los unos a los otros, hasta que un día todo eso desapareció. A partir de ahí cada Clan tiene sus límites y nadie que no pertenezca a ese Clan puede sobrepasarlos, al no ser que pida permiso o se trate de una emergencia. Por eso te pregunté quien eras cuando te encontré y por eso tengo que averiguar quién o porque se ha metido en nuestro territorio. De todas formas y sea lo que sea tu estas a salvo, te protegeré pase lo que pase lobita. -Se levanto de la silla y empezó a andar hacia la puerta de la cocina. - Cualquier cosa que se te ocurra o duda que tengas, por favor dímelo. Siempre estaré ahí para ayudarte. -Asentí con la cabeza. - Y otra cosa más, hoy por la tarde tenemos consejo. Nos reuniremos todo el Clan para hablar de esto que te he comentado y de otras cosas. Aparte tenemos que asignarte un puesto, mientras estés aquí tienes que aportar algún trabajo, miraremos cual es mejor para ti. Y además así conocerás a los demás miembros de la manada.
- Cualquier cosa te lo diré, te lo prometo. Gracias por contarme todo esto, ahora puedo entender mucho mejor algunas cosas. Estaré allí por la tarde.
- Estupendo, si necesitas algo más antes de que me vaya puedes decírmelo ahora.
-La verdad es que sí. Necesito ropa, pero de manera urgente. Solo tengo esta camiseta enorme que cogí del armario y otra exactamente igual. Y como comprenderás así no puedo salir a ningún sitio.
Me miro de arriba a abajo de una forma que hizo que me ruborizara, después se empezó a reír.
- Eso está echo lobita, en un rato tendrás tu ropa.
Se acerco a mí antes de irse y me abrazo. Volví a sentir ese chispazo y ese calor. Oía su corazón que latía al compás del mío y me tranquilizaba. Me dio un beso en la cabeza y me soltó para irse.
- Adiós lobita.
- ¡Dante espera!
- ¿Sí?
- Si tú eres el Alfa ¿Quién es tu Luna?
Me miro entre sorprendido y fascinado con mi pregunta.
- Eso tendrás que adivinarlo tu sola.
Y se fue.

ESTÁS LEYENDO
Claro de Luna
FantasyHace 27 años el oráculo del Bosque de los Siete Sabios hablo por primera vez después de siglos en silencio: "La primera niña nacida en Luna Nueva no será una hija de la Luna, ella tendrá su magia y su magia será la Luz en la Oscuridad. El fin llegar...