CAPITULO 6

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- ¿Quién es tu Luna? - Enserio Kyria, de donde habías sacado tu eso de la Luna.

No sabía de donde había sacado esa información y tampoco porque sabía que Luna es el nombre que se le da a la pareja de un Alfa ¿Seria que mi cabeza estaba empezando a recordar? ¿Y porque recordaba cosas así? ¿Tendría yo algo que ver con algún Clan de hombres lobo? ¿Y si ojos amarillo era algún familiar mío que me estaba buscando por desaparecer?

Me empezaba a doler otra vez la cabeza de una manera intensa... ese maldito dolor que me daba cada vez que quería recordar algo. Intenté no darle importancia y me puse a hacer cosas para mantenerme ocupada y no pensarlo más.

"PUM, PUM, PUM" empezó a sonar la puerta y fui a abrir.

- ¡Hola soy Esme! - Entro y cerró la puerta. - Tenía muchas ganas de conocerte, tienes a toda la Aldea revolucionada, hacia tanto que no venía nadie nuevo, que me moría de ganas de conocerte.

- Yo soy Kyria. También me alegro de conocerte. Llevo en esta cabaña un día desde que salí del consultorio de Gertru y todavía no había conocido a nadie.

- Lo sé. Yo trabajo con Gertru en el consultorio. Bueno en realidad soy su ayudante, la que sabe de verdad es Gertru. Se supone que me está enseñando porque después yo ocupare su puesto, pero no es tan fácil ¿Sabes?

Era una chica muy graciosa y peculiar. Era rubia con el pelo largo y ojos azules, era muy delgada. Tenía una cara que me recordaba a una ardilla, parecía una mujer muy inteligente y no paraba de sonreír a todas horas. Aunque no paraba de hablar había algo de ella que me gusto, tuve la sensación de que llegaríamos a ser grandes amigas.

- Gracias por haberme cuidado durante todo este tiempo ¿Te apetece comer o beber algo?

- ¿Tienes crema de cacahuete? Me encanta la crema de cacahuete.

- Creo que sí, ven a la cocina.

Fuimos a la cocina, rebusqué entre los armarios, todavía no sabía lo que tenía o lo que no tenía y al final lo encontré. Saque el bote de crema de cacahuete y ella enseguida cogió una cuchara y empezó a comerse el bote a cucharadas.

- Te dije que me encantaba. - Yo mientras me senté enfrente de ella. - No me des las gracias por cuidarte, nos repartimos el trabajo ¿Sabes? Gertru y yo estábamos durante el día y por las noches venia Dante a velarte y cuidarte para que no te pasara nada. Pobrecillo, lo paso tan mal.

- Eeeeeeh sí, eso he dicho sí. - Dejo el bote de crema de cacahuete en un lado y miro hacia todas partes. - Bueno vamos a lo que he venido. Me dijo Dante que necesitabas todo tipo de ropa y yo me he encargado de conseguirte de todo.

Había notado como cambio de tema rápidamente, pero preferí hacer como si no me hubiera dado cuenta.

Dante se había quedado a cuidarme por las noches, por eso había una silla junto al lado de mi cama cuando desperté en el consultorio. Pero ¿Por qué? ¿Y por qué lo había pasado mal? ¿Por qué no me había dicho nada de eso?

- Bueno aquí está la ropa - Esme corto mis pensamientos.

Me fije en que había cuatro cajas de cartón llena de todo tipo de ropa, zapatos, etc.

- ¿Todo eso lo has traído tu sola?

- Sí, claro yo solita -Hacia movimientos con las manos como quitando importancia a mi pregunta. - Ya sabes uno de los beneficios que tenemos por nuestra condición, súper fuerza, súper velocidad, súper agilidad y todas esas cosas.

- ¿Tú también eres hombre lobo?

- Mujer lobo si no te importa. -Le hacían gracia mis preguntas porque no paraba de reír. - Y si lo soy, como todos aquí. Somos un Clan de hombre lobo ¿Recuerdas? -Me lo decía mientras sacaba un montón de ropa de las cajas y las dejaba en el sofá. - Pero vamos no creo que sea nada que te sorprenda, supongo que a ti te pasara lo mismo.

Claro de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora