Claro de Luna

EPILOGO

- 1 AÑO MÁS TARDE -

Todavía parecía mentira, pero ya había pasado un año desde la muerte de Cancervero.

Un año en el que habían cambiado muchas cosas, parecía irreal todo lo que podía pasar durante un periodo de tiempo tan corto, pero en realidad la muerte de Cancervero fue el final de una Era que dio comienzo a otra mucho mejor.

La nueva Era había comenzado cambiando la vida que conocíamos para muchos de nosotros.

Mi padre Alarick finalmente se unió al Consejo de Los Sabios, se fue con ellos prácticamente desde el momento en el que Los Sabios abandonaron Claro de Luna. Fue uno de los encargados en formar a los nuevos Alfas de los Clanes que habían perdido a sus lideres durante la batalla, todo eso le hizo revivir su época como Alfa de nuestro Clan y eso consiguió devolverle la ilusión que durante mucho tiempo había desaparecido de su vida. Nuestra relación ahora era muy buena, aunque al principio nos costó volver a retomar el vínculo que teníamos como padre e hija, sobre todo por mi parte, pero finalmente conseguimos dejar todo eso atrás. Conseguí perdonar las decisiones que había tomado por mí en el pasado, perdone que decidiera borrar todos mis recuerdos, aunque consiguiera recuperarlos después y le perdone que durante toda mi vida me hubiera ocultado mis verdaderos orígenes y el motivo de nuestra huida.

Fiel a lo que me había dicho Filtiarn, el Consejo de Los Sabios había cambiado completamente. Ya no se recluían en el palacio del Bosque de Los Siete Sabios, si no que salían e interactuaban con los Clanes, lo que facilito mucho que la relación de mi padre y mía mejorara. Pese a que Los Sabios habían cambiado parte de sus costumbres, todavía tenían cierto recelo a compartir según qué cosas con los siete Clanes, ya que según sus palabras "Había cosas que era mejor que siempre permanecieran ocultas, ya que nunca podríamos saber quién puede tener ansias de poder".

Break y Esme seguían completamente enamorados. Pese a todo lo que paso durante su primer embarazo cuando tuvo a Ares, se había vuelto a quedar embarazada, aunque esta vez era completamente diferente ya que decía que "Nunca se había sentido más viva", tener a Break a su lado todo el tiempo también le facilitaba mucho las cosas. El pequeño Ares había llenado nuestra vida de alegría, era un niño revoltoso y parlanchín, todo el mundo coincidíamos en que era completamente igual que su madre, aunque Break siempre nos lo negaba pese a que en el fondo sabía que era así.

Esme había ocupado el puesto de Gertru en el Consultorio, ahora era ella la que se ocupaba completamente de todo. Gertru solía pasarse por allí a menudo, pero había decidido que ya era el demasiado mayor para seguir con eso y que ahora lo que quería era disfrutar de la vida. Todos sabíamos, aunque ninguno dijera nada, que la muerte de Edon y de prácticamente todas las personas que habían convivido y compartido con ella toda su juventud le habían marcado el alma, decía que "Tenia que aprovechar ahora ya que estaba en el tiempo de descuento" y aunque yo sabía que estaba exagerando, me parecía fantástico que tuviera ganas de disfrutar y de vivir.

Con quien nunca perdimos el contacto fue con Atheneus, podría decirse que era parte de nuestra familia, habíamos forjado con él un fuerte vínculo de hermandad. Atheneus nos visitaba siempre que podía y nosotros le visitábamos a él, incluso muchos miembros de nuestro Clan y del suyo habían forjado relaciones y también se visitaban continuamente. Pese a que Atheneus es un hombre extravagante, había conseguido ganarse todo nuestro cariño, con toda su sensibilidad y su gran corazón. Pese a la edad que tenía todavía no había encontrado a su compañera de vida, muchas veces bromeábamos con él por eso, pero a él no le importaba, decía que "El amor lo podía encontrar en cualquier cosa, incluso en los placeres más simples de la vida".

Atravesábamos un buen momento como Clan, ya nadie sentía miedo por atravesar nuestras fronteras, todo el mundo podía entrar o salir sin miedo a que los atacaran, todos éramos libres.