🥊CAPÍTULO 16🥊

629 81 10
                                    


TRENTON

— ¿Cuántas veces más voy a tener que ver estos vídeos? Como sigamos así voy a acabar teniendo pesadillas con este imbécil — me quejo, por enésima vez.

Estamos en el salón de casa de Pétrovik y yo no he dejado de resoplar y de gruñir desde que llegué, porque no puedo evitar sentir que estoy perdiendo el tiempo.

— Deja de renegar y atiende, que yo sé lo que me hago. ¿Te has fijado cómo se ensaña con sus víctimas cuando las derriba? Las castiga hasta que no les queda otra opción más que rendirse — Pétrovik está absorto en la pantalla y de repente sonríe.

— Es un cabrón sin escrúpulos, creía que eso ya lo sabíamos — suelto, empezando a aburrirme. Solo tengo ganas de ver a Keisha y estar a solas con ella para poder pedirle que sea mi esposa.

— Sí, pero fíjate el espacio que deja entre su rival y su costado. La separación es demasiada...

— Supongo que es para que no lo golpeen, no tiene un pelo de tonto — comento, sin entender dónde quiere ir a parar.

— O quizá por una lesión. Mira, rebobinemos...aquí — pasa el vídeo hasta encontrar lo que sea que busca y cuando vuelve a darle play lo entiendo. Andrey aprieta los dientes cuando recibe un golpe en las costillas y deja escapar un gruñido...como si le doliera demasiado. Y eso solo puede deberse a una lesión sin terminar de curar, porque no hace ningún gesto cuando lo golpean en cualquier otra parte. Es duro, aunque me joda admitirlo.

— Este es el combate más reciente, hace un mes. Lo que significa que...

— Que puede que todavía no se haya recuperado y es una baza que tienes que aprovechar a tu favor — finaliza Pétrovik por mí.

— Vale, lo tendré en cuenta. Quizá ni haga falta, igual lo noqueo en los primeros minutos — bromeo. Aunque bueno, una parte de mí lo dice en serio.

Sin embargo, él me regaña, con el semblante severo.

— Nunca subestimes a tu rival, chico. Te lo digo por experiencia.

— Bien, no lo haré — le prometo, pero mi curiosidad se despierta sin que pueda evitarlo —. ¿Quieres contármelo?

— En otro momento, quizá — es su parca respuesta. Lo dejo estar y al fin termina esta tortura.

Volvemos al gimnasio, que está tranquilo porque apenas son las once de la mañana. Pétrovik me ha tenido ahí dentro una hora y media.

— Oye, lo que sí he notado es que a Andrey le tiemblan mucho las manos, mira fíjate — le señalo, porque está a pocos metros. Acaba de dejar las pesas y resulta más que evidente. O bien es porque toma mucha cafeína o...

Me doy cuenta de que los dos estamos pensando lo mismo en cuanto nos miramos.

— Yo me encargo, tú ve a hacer algo de pierna que tenemos que entrenar esas patadas — me indica y asiento, concentrado en la tarea.

Eso sí, estoy deseando terminar de entrenar porque esta noche quiero invitar a cenar a Keisha. Ya lo tengo todo preparado y estoy impaciente.

La violencia con la que Andrey golpea el saco llama mi atención y enarco las cejas, pero sigo a lo mío.

Hasta que de repente para y empieza a revolotear a mi alrededor.

— Eh, Trenton ¿has visto a Keisha esta mañana? — pregunta, con un tonito que no me gusta para nada.

— No. ¿Por qué? — respondo, seco. ¿Por qué diablos la menciona siquiera? Respiro hondo y continúo con mis ejercicios.

— Porque yo sí — contesta, con una sonrisa engreída que me está empezando a alterar. ¿Ha visto a Keisha ahora? ¿A solas?

Trenton: salvaje adicción ✔ COMPLETA  {+21}©️ #1 Bilogía Dulce TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora