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Trenton Sawyer ha luchado con sudor y sangre para salir de una vida de violencia y autodestrucción. Años y años de entrenamiento le han llevado a convertirse en uno de los mejores luchadores de la MMA en las últimas...
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TRENTON
¿Quirriis salir conmigi Keisha?
Ridículo.
¿Qué manera es esa de pedir una cita a alguien?
¡Y encima conmigo delante!
Se supone que soy su primo joder, un poco de respeto.
Aunque bueno, si yo fuera Will tampoco le pediría permiso a un supuesto primo lejano de la chica en cuestión, especialmente si mide 1,80 y su brazo es un cañón.
Pero aun así, estoy que echo humo y ni siquiera sé por qué. No tengo razones para cabrearme, Keisha puede salir con quien quiera.
¿Entonces por qué ansío desesperadamente que le diga que no?
Debería darme igual lo que haga con su vida personal, pero a estas alturas no tiene sentido negar lo evidente: estoy celoso. Jodidamente celoso.
Y esa sensación se incrementa por mil cuando al fin Keisha se recompone lo bastante como para dar una respuesta. Antes de que las palabras salgan siquiera de sus labios, ya sé que no me va a gustar en lo absoluto.
Pero para Will es como si acabaran de darle el premio mayor y, mierda, lo entiendo. Cualquier tío se volvería loco si una mujer como ella aceptara una cita.
El rubio corre a abrazarla, eufórico y ella busca mis ojos pero soy bueno apartando la mirada y fingiendo desinterés.
— No te importa ¿verdad Trent? No serás de esos familiares sobreprotectores — Me pregunta de pronto, acompañando sus palabras de una carcajada y me cuesta un mundo negar.
— No, solo trátala bien—replico, con sequedad.
A pesar de las advertencias que me envía con la mirada Keisha no puedo resistirme y le propino una palmada en la espalda que lo desplaza unos pasos.
— Puedo llegar a ser muy protector de ser necesario, Will.
De acuerdo, ya sé que no debería haber dicho eso, pero ya es tarde para retractarme y la verdad es que no tengo ningunas ganas de hacerlo.
— Genial, no te arrepentirás — exclama, como un adolescente. Es demasiado despreocupado y alegre como para que sea real, o yo soy un paranoico de manual. En cualquier caso, hasta la más mínima cosa que dice o hace este tío me molesta.
Keisha le sonríe otra vez cuando se separan y queda tan claro que se está sintiendo comprometida que no entiendo cómo Will no es capaz de captarlo. Al final va a ser verdad y todo eso que dicen de que el amor es ciego.
— ¿Te parece la semana que viene? — aventura al poco.
Joder, sí que es insistente.
— Uhm...no sé, entre semana está la veterinaria pero el finde...
