20, Julio de 2021
Desde hace tiempo que no salia de fiesta con los chicos o iba a una reunión con mis amigos y es que la razón tenía nombre y apellido.
Osvaldo Palacios...
Se que le prometí a Sam que hablaría con él, pero había aplazado esa charla por mucho tiempo, por el simple hecho de que no quería verlo y no quería que mis amigos volvieran a sentir esa tensión que es incómoda para ellos.
Pero aquí estaba... Porque Ama me había ido a buscar a mi casa y no pude poner ninguna excusa.
Me sentía cómoda al saber que él no estaba por la pequeña fiesta que estaba haciendo Rebeca en su casa por su cumpleaños.
No porque no estuviera invitado, si no porque aún no llegaba.
Ari me contaba de una colaboración que le gustaria hacer para su canal de Twitch cuando a la distancia lo ví.
Era tan fácil distinguirlo entre la multitud, ya que era el más alto de toda la fiesta.
Sentí un nudo en mi estómago al notar que su mirada en mi.
Lo ví acercarse rápidamente a dónde estaba.
Mi corazón se aceleró por los nervios, no quería verlo.
—Si, si, Ari, está bien, ahora vuelvo — mencioné para mi amiga mientras me levantaba del asiento.
Acelere el paso y me escondí en una de las habitaciones.
Tenía que evitarlo, no quería hablar con él y pelear de nuevo.
Pero todo lo que tenía planeado no sucedió...
[...]
Me había perdido mucho en la fiesta, creo que Osvaldo notó que no quería hablar con él porque dejo de intentar acercarse.
Estaba nerviosa y creo que por eso bebí mucho.
Quería ir al baño, así que me separé un momento de mis amigos.
Camino al baño y veo como Osvaldo esta saliendo de ahí.
Esta levemente despeinado y sus mejillas están rojas y estoy tan fuera de mi que por un momento me parece súper atractivo.
Me acercó hacia la puerta del baño pasando al lado de él, ignorandolo completamente.
Entro, hago mis necesidades y al salir veo como sigue ahí.
—Sigues aquí — digo firme recargandome en la pared frente a él.
El de lentes asiente.
—Sigo aquí, ahora no me puede evitar.
Río levemente.
—Me gusta tu camisa — comento sin darme cuenta de que dije lo que estaba pensando.
Él traía una camisa blanca con dos botones desabrochados.
Osvaldo se mira a si mismo y sonríe.
—Sabes que también me gusta tú outfit.— sonrio levemente.
Traigo la misma camiseta que se que el tiene, es negra y dice “Anti social club”.
Es un oversize y la uso como vestido con unos converse del mismo color.
—¿Puedes creer que en tres horas de fiesta aun no nos hemos peleado? — pregunto.
Suelta una risita y se queda sonriendo.
Un mechón de pelo le cae sobre la cara y mis dedos pican por ir a acomodarlo.
¿Qué me esta pasando?
Es el alcohol definitivamente.
—Me parece increíble, ¿Será este el inicio de que nos empecemos a llevar bien? — cuestiona el castaño.
Ambos reimos a carcajadas.
—No creo — hablamos al mismo tiempo.
Sin darme cuenta nos acercamos el uno al otro lentamente.
Me atrae como un imán...
Siento las flamas en mi piel y estamos a centímetros que nos separan.
—¿Tomaste mucho? — pregunto y él me sonreí.
—Tanto como tú, si estas pensando lo mismo que yo — murmura.
Estamos bastante cerca.
Nos quedamos un rato sintiendo como la tensión se expande y como nuestros rostros se acercan hasta que sin más nos besamos.
Paso mis manos por sus hombros llegando hasta su nuca y metiendo mis dedos entre su pelo.
Pone sus manos en mi cintura acercandome a él y elevandome un poco del suelo.
Estamos tan cerca.
Sus labios saben a cerveza como los míos, su piel está fría, pero suave mientras acaricio su cabello porque me dejó perder en su toque en mi cadera y espalda.
Lo odio y me odia, pero, ¿Por qué se siente tan bien hacer esto?
Hice algo malo, se sintió tan bien y sin dudar lo volvería a hacer una y otra vez.
Nos besamos a la luz de la Luna que se ve reflejada en una de las ventanas ya que todo está oscuro.
No podemos alejarnos del otro, me pierdo en su toque brusco y suaves de sus labios.
Ahora esto será un secreto que solo nuestros cuerpos sabrían…
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Our Secret || El Mariana
FanfictionTener un odio constante con una persona no es algo fácil de llevar y mucho menos sin saber el porqué. Solo quiero tenerte... Lo más difícil para mí es que no puedo sacarlo de mi mente, simplemente no lo puedo dejar. Lo odiaba tanto... pero él podía...