Capítulo 31

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Poché

Tenía entre mis brazos a mi pequeña, la veo y no me creo que sea mi hija, tengo una hija y con el amor de mi vida, lo pienso y automáticamente una sonrisa aparece en mi rostro.

-Se durmió- dijo Dani a mi lado.

-Sí, quería ver a la sirenita y se durmió-

-Dámela, la voy acostar-

-¿Te molestaría si la llevo yo?- ella negó. Se sujetó de mi cuello y subí las escaleras.

-Está durmiendo en mi habitación, mañana terminan el suyo- asentí y entré. Ella sacó su pijama.

La acosté y le empecé a quitar su ropita, es increíble que no despierte, lo hacía con mucho cuidado, nunca había cambiado a un niño, y eso que ella ya está grandesita, no me quiero imaginar cuando era una bebé recién nacida.

-¿Ya no despierta en toda la noche?-

-No, tuve suerte en eso, me han contado que algunos niños molestan mucho por las noches pero ella no, tiene el sueño profundo-

-Es idéntica a ti, recuerdo que había una foto tuya en tu casa y son como dos gotas de agua- ella sonrió hermoso.

-Pues la verdad es que sí, aunque en ocasiones hace algunos gestos igual a ti- ahora sonreí yo.

-Gracias Daniela, gracias por darme este regalo tan maravilloso, a penas la conocí hoy pero, siento que ella es mi vida-

-El amor de una madre es lo más grande que existe- asentí.

-Me tengo que ir, gracias por permitirme estar cerca-

-Poché, ella si quiere llevar tu apellido- la vi confundida -Ella es muy inteligente y sabe perfectamente lo que dice, le pregunté y se emocionó ante la idea de ser Antonia Garzón-

-Calle, Antonia Garzón Calle- me acerqué -Somos sus mamás- pasé un mechón de cabello por atrás de su oreja -Definitivamente eres lo mejor que me pasó en la vida Daniela, eres el ser mas hermoso que he conocido ¿Sabes en lo que he pensado todo este día? En que si no hubiese cometido ese gran error contigo, ahora mismo seríamos una linda familia, tú, ella y yo- me acerqué más y me atreví a tomarla de la cintura con mi mano izquierda -Sé que no crees en mi, pero yo te juro que te amo, nunca voy amar a alguien así como te amo a ti, te miro y lo único que quiero es besarte, abrazarte, tenerte entre mis brazos una vez más y no dejarte ir nunca- pegué mi frente a la suya y cerré los ojos -Te amo esposa mía- no me alejó, rodeo sus brazos en mi cuello y me pegué mas a ella como si eso fuera posible, nuestras respiraciones se empezaron a agitar, levanté la cabeza y poco a poco me fui acercando a sus labios, pero cuando por fin los iba a unir a los míos la puerta se abrió dejándonos ver a Sebastián.

-¿Interrumpo algo?-

-No- dijo ella de inmediato. Y yo solo podía pensar en lo mucho que interrumpió -Poché ya se iba- vi como él la tomó entre sus brazos y la besó.

-Sí, pero vuelvo mañana, tenemos que hablar con un abogado- ella sintió.

-Sí, no te preocupes, yo me encargo de todo- asentí y me acerqué a mi hija, le dejé un último beso en su cabecita y salí de ahí, ante la atenta mirada de ellos.




Daniela

Bajamos con Sebas y la señora que ayuda en la casa nos sirvió café.

-¿Por eso me cancelaste? ¿Porque ella estaba aquí? ¿Pensé que le ibas a ocultar a Anto? Estás cayendo ante ella Calle, te está manipulando-

-Ya- dije molesta -Obviamente no iba a tardar en darse cuenta que tiene una hija, vivimos a la par, vivimos en el mismo lugar que déjame decirte no es muy grande, y sí, te cancelé porque ella vino a ver a su hija y no la quería dejar sola- estaba molesta, lo que no sé si es con ella o conmigo por ser tan débil.

Calle MelodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora