Capítulo 34

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Daniela

Llegamos al comedor y Anto ya estaba devorando sus panqueques.

-Mami, esscucha- sonreí -Mami Poché me ensseñó a decirr la letrra esse y errre- las dos sonreían y yo también lo hice.

-Wow amor que genial- la abracé y le di un beso -Las dices perfecto- voltee a ver a Poché y nos veía con adoración.

-¿Dónde despedimos este año?- hoy era 31 de diciembre.

-En casa vamos hacer una cena con muchos invitados- respondí y ella asintió triste, caí en cuenta que no la había invitado -Puedes llegar claro-

-Gracias, ahí estaré- respondió.

Comimos y le agradecí por enseñarle a Anto esas letras, prácticamente ahora si ya decía de todo.

-Vamos Anto, tenemos que irnos, hay que organizar todo para esta noche-

-Si mami- fue por Ramón que estaba entretenido con un peluche.

-¿Si llegarás?- pregunté.

-¿De verdad quieres que vaya? Siento que me invitaste por compromiso, así que prefiero quedarme aquí y no molestarte-

-No, es solo que jamás me imaginé que esto pasaría- dije sonrojándome.

-Dani... sé que tú has cambiado pero... con lo que pasó anoche ¿En qué posición estamos nosotras?- me puse nerviosa.

-No sé Poché, le fui infiel a Sebas  siento que no puedo solo perdonarte, y hay muchas cosas del pasado así que... soy un lío tremendo y no quiero que seamos nada-

-No le fuiste infiel, eres mi esposa aún y yo sé que me sigues amando, así que en dado caso serías a mi a quien le serías infiel si tú y él... -

-Bueno me tengo que ir- no quería hablar de eso, sabía lo que había pasado entre él y yo días antes, no me había vuelto acostar con él pero se sentía raro, además porque ella tenía razón, le fui infiel a mi corazón y mi alma, porque ambos la reclaman a ella solo a ella -Anto mi amor- llegó con Ramón -Despídete de mami Poché-

-Adiós mami, gracias por enseñarme-

-Te veo en la noche hermosa- le dio un beso y Anto me pidió cargarla.

-Hasta en la noche entonces- salimos y ella se quedó ahí.



Poché

Anoche fue muy mágico pero siento que ella está mas rara de lo normal, aunque es de entender, vino odiándome y sé que su cabeza le grita vengarse pero su corazón no, o eso es lo que quiero pensar, quiero pensar que ella aún me ama, que aún es mía como yo soy suya.

Entré a la habitación y abracé mi sirena, era lo que hacía cuando la extrañaba.

-Ojalá puedas perdonarme mi amor, eres la mujer de mi vida-

Me duché y cambié, recordé la moche anterior y una sonrisa apareció nuevamente, sé que ella es mía, me lo demostró una y otra vez, así que no me rendiré y seguiré luchando por su amor.

Quise salir a buscar algunos obsequios, sé que no se acostumbra dar regalos en año nuevo o bueno nosotros no pero quiero hacerlo.

Salí de la casa y fui a comprar regalitos para las dos y por supuesto Ramón.

-Vaya, parece que pensamos iguales- voltee y era el idiota de Sebastián con bolsas de regalos.

-¿Sí?-

-¿Llevas regalos para Anto y mi mujer cierto?- apreté la mandíbula al escucharlo llamarla así.

-No te queda llamarla mi mujer, porque ella sigue siendo mía- se rió.

Calle MelodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora