Lo Inalcanzable » m.j (#LI1)

Prólogo

Plymouth, Inglaterra.

El frío abundaba por las calles como todos los días. Podía apreciar un cielo completamente gris mientras esperaba a que mi mejor amigo, Luke, atravesara el portón de salida del Instituto, luego de su entrenamiento de fútbol americano. Hoy cumplimos dos años de ser amigos, los mejores, que quizá esa era una de las razones por la cual medio Instituto cree que somos pareja; y aunque sea completamente falso, era algo que anhelaba desde que lo conocí. Estaba enamorada de él.

Pero somos de grupos diferentes. Él era el chico popular con cuerpo y sonrisa perfecta; y yo pues, solo era... yo. La típica chica cero sociable, sensible, callada, marginada, etcétera. En resumen, una nerd del montón. Entonces está más que claro el por qué no se fijaría en mí.

Cambio mi semblante cabizbajo por una sonrisa cuando lo veo caminando hacia a mí. Besa con ternura mi frente y me pregunta—: ¿Qué tal todo?

—Hasta ahora todo muy bien, ¿qué tal la práctica? —Quise saber, y emprendimos camino a la sorpresa que tenía para mí.

Olvidé mencionar que estaba demasiado nerviosa, pues tenía un mal presentimiento desde que me desperté esta mañana y mucho más cuando este entrelaza nuestras manos.

—Estuvo bien, como siempre —asiento sin saber qué decir—. ¿Nerviosa?

—Sabes que sí, Benson. Qué tendrás planeado para hoy —pregunto indirectamente esperando una pista, pero solo recibo una pequeña risa de su parte.

—Jamás falta la Neriam impaciente.

Mientras caminábamos hablamos de cosas sin sentido y uno que otro recuerdo de ambos y no faltó el rubor en mis mejillas por cada uno de ellos. Era muy obvia y me odiaba por eso.

Luego de unos minutos, empecé a visualizar un pequeño parque. Sonreí encantada.

—¿Te gusta? —Cuestiona Luke con un pequeño temblor en su voz.

—Es precioso —respondí para luego caminar hacia un hermoso lago rodeado de variedades de piedras.

—Quizá te preguntes, qué demonios estamos haciendo aquí, ¿no?

—¿Por qué cumplimos dos años de ser mejores amigos?

—He estado pensando varios días en cómo te diré esto para que sea especial para ti —no me molesté en mostrar mi confusión a través de mi mirada. Un suspiro brota de sus labios—. En todo este tiempo he descubierto quién eres en realidad. Eres hermosa por dentro y por fuera, demasiado, y sé que tienes temor por el qué dirán, pero estoy dispuesto a ayudarte como siempre lo he hecho. Para mí eres especial, eres una chica increíblemente tierna y cariñosa, desde aquella vez que derramaste tu malteada de fresa en mi camisa —reí al recordarlo, creí que iba a humillarme frente a todos, pero resultó ser todo lo contrario—, y por un lado es una pena que yo sea el único que pueda ver lo grandiosa que eres. Y por el otro estoy sumamente feliz de tenerte en mi vida —la humedad invade mis ojos al sentir las lágrimas iniciar su camino por mis mejillas, estaba segura de que en cualquier momento iba a llorar sin límite—. Te quiero y de una manera diferente... Neriam, estar contigo es lo que me hace feliz, y cuando me tocas o estás cerca de mí, mi corazón late con una rapidez anormal y no quiero desaprovechar la oportunidad de ser felices juntos. Sé que aún somos jóvenes, pero quiero empezar de a poco —tomó su mochila y sacó un cuadro con una foto de los dos abrazados en su cumpleaños número quince y una hermosa rosa azul y luego me las entregó—. Neriam, ¿quieres estar conmigo? —Preguntó él con aquella sonrisa perfecta que tanto me gustaba.

Sin pensarlo dos veces asentí al soltar un leve sollozo y paso a abrazarlo muy fuerte, dejando la rosa y el hermoso cuadro a un lado. ¡Había sido increíblemente perfecto!