Capítulo 32

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-¡¿Qué tú hiciste qué?!

Cierro mis ojos por unos segundos tras el agudo grito que sale de los labios de mi mejor amiga.

-Acepté la invitación de Dani-

-No, sí te oí. Estás jodidamente loca -casi parece que aquellos ojos azules iban a salirse de su lugar-. Así que, ¿esperaste a que viera como se daban tremendo beso en el pasillo para decírmelo justo el mismo día del Baile? ¿Debería golpearte ahora mismo o empujarte cuando tengas los tacones puestos?

Inhalo y exhalo, más de una vez para al fin poder encararla completamente. Sus manos posan en su cintura y siento las ganas de huir. Está furiosa, lo sé, y no la culpo pues yo también estoy furiosa conmigo misma.

«¿Por qué había aceptado de todos modos?»

Porque sí, aún no lo sabía. Trataba de aferrarme a la idea de que estaba vulnerable, pero vamos, esa es la excusa más tonta del mundo.

-¡No sabía qué decirle! -Me excusé, en un grito.

-¡Un "no quiero" bastaba! ¡Zac no está nada feliz y tú sabes la razón!

-Alice, ¡estaba presionándome, lo juro!

-Con mayor razón debiste negarte y ponerlo en su puto lugar -bufó-, Daniel es un maldito idiota.

-Para aclarar, yo no lo besé. Él lo hizo y lo puedo, prácticamente, probar por la fuerza que ejercían mis manos en su pecho, que por cierto es muy duro -dije, con rapidez. Ella me dio una mirada confusa por unos segundos para luego poner los ojos en blanco.

Bueno, sabía que la había cagado. Y hasta el fondo.

-Sabes que él no lo verá así, está tan obsesionado contigo que asusta.

-Te puedo jurar que no pasará nada más, es decir, sólo le dije que lo intentaríamos para que dejara de presionarme, no porque en verdad quiera estar con él. Ni siquiera es un tipo de venganza estúpida contra Michael, simplemente no supe cómo lidiar con él en ese momento.

El silencioso adornó nuestro dormitorio por un largo rato. Alice mantenía su mirada con el ceño fruncido en alguna parte del lugar. Mis nervios aumentaban cada segundo, todo este asunto de Michael, Daniel, papá, Shane Sullivan me iban a volver loca un día de estos. Es que, ¿no podía tener una maldita vida normal? ¡¿Un jodido profesor, Neriam?! ¡¿En serio?!

-Está bien. Vamos a calmarnos un poco, ¿de acuerdo? -Asentí con la cabeza, nos sentamos en el borde de mi cama-. Ambas sabemos que Daniel puede estar loco por ti y todo eso, pero también sabemos que él va a joderlo. Así que, sólo hay que esperar. Tú tranquila, todo esto es una mierda pero... se va a solucionar -trata de sonar convencida pero falla terriblemente.

-Espero que sí, después todo... no quiero hacerle daño.

•••

Alice había desaparecido para inspeccionar los últimos detalles para ésta noche y, mientras tanto, había decidido aclarar aquel asunto de Daniel con Zac. Por suerte, lo encontré en un buen momento y pudo entender y darme uno que otro consejo, lo cual se lo agradecí. Él al igual que su novia y yo, sabía que Daniel iba a meter la pata en cualquier momento. Y bueno, si Zac lo decía, sólo debíamos creer.

Me había propuesto evitar el resto del día a Daniel a toda costa, cosa que cumplí gracias a que llamé a Tate desesperada con una pizca de esperanza en que pueda ocultarme en su dormitorio. Mentiría si dijera que no me reprochó y que si no fuera porque soy mujer, una muy estúpida, me hubiese dado una buena paliza. En fin.

Al pasar las horas, Alice vino a buscarme al dormitorio de Tate para empezar a prepararnos, por desgracia se le había hecho tarde y eso en parte es malo. Daría lo que fuera por no ir al estúpido Baile pero no podía defraudar a Alice y tampoco a Daniel, y mucho menos a mi madre que había gastado mucho dinero en el bellísimo vestido que compró para mí. Así que, a regañadientes, empecé a arreglarme.

Lo Inalcanzable » m.j (#LI1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora