Capítulo 22

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Mordí internamente mi mejilla intentando controlar mis estúpidos nervios. Cierro los ojos un par de segundos buscando las palabras adecuadas para que él no me odie tanto... ¿Pero a quién quería engañar? Estábamos perdidos.

Tomé una gran bocanada de aire y entro a su vehículo. No menciono ni una sola palabra y tampoco me atrevo a mirarlo. La vista se me nubla por el agua salada que pretende salirse de mis ojos pero trato de ser lo suficientemente fuerte para que eso no pase, hasta que sentí su cálido tacto en mi rodilla.

-Neriam, ¿sucede algo?

-Y-Yo... -balbuceo y muerdo con fuerza mi labio inferior.

-Estás temblando... -dice alarmado. Busca mi mirada pero no permito el encuentro-. Me preocupas, pequeña. Dime qué pasa.

¿Cómo voy a decirle que hay una gran probabilidad de que vaya a la cárcel?

-L-Lo... -sollozo mientras las lágrimas se encargan de hacer su camino por mis mejillas-, l-lo lamento t-tanto.

Siento como se tensa. Veo en cámara lenta el futuro de ambos. Él en prisión y yo en un convento.

-Neriam... ¿Qué quieres decirme? Mírame -ordena con suavidad-. Mírame -insiste y al ver que no pretendo moverme, con la ternura que lo caracteriza, gira mi cabeza con su mano en mi barbilla.

-E-Es que...

Un mensaje entrante me interrumpe. Suspiro con pesadez y lo saco de mi mi bolsillo delantero. Era de Alice.

Neriam, hablé con Zac. No dirá nada, ni a Daniel ni a nadie... Tranquila;(

Una ola de tranquilidad me invade por completo. Otro suspiro brota de mis labios pero esta vez era uno cargado de paz.

Sequé mis lágrimas con efusividad y miro la cara de confusión de Michael. Reí por aquella vista y en un acto de felicidad beso castamente sus labios. Él sonríe ante eso y entrelaza nuestras manos para luego depositar un cálido beso en ésta.

-Serías tan amable de decirme qué fue lo que acaba de pasar o es que, ¿sufres de trastorno de bipolar?

Suelto una pequeña risa ante su ocurrencia. Niego y procedo a decir-: No fue nada, olvídalo...

-Ah no, señorita. No nos iremos a ningún lugar si no me dices lo que te tuvo tan angustiada hace unos minutos -su mirada es mucho más intimidante de lo que suele ser.

-No creo que debas saberlo... Es algo complicado...

-Sólo dímelo, Neriam.

Lo miro directamente a los ojos por unos largos segundos al verlo ansioso. Vuelvo mi vista a la ventanilla y niego repetitivas veces con la cabeza.

-Zac... Zac sabe de... de todo ésto. -Cierro los ojos esperando una reacción brutal de su parte pero sólo consigo silencio.

-Y... supongo que si estás feliz es porque ya no dirá nada, ¿no es así?

Lo miro con una notable confusión por lo pacífico que se ve y por la tranquilidad de su voz.

-Sí -afirmo a su pregunta-, pero si llegaba a decir algo, ¿qué hubie-

-Pero no dirá nada, no debes preocuparte -me regala una sonrisa reconfortante y me olvido del problema por unos segundos.

-Ya lo sé, pero Michael yo quiero saber qué-

-Neriam, no pensemos en eso, ¿sí?

-No puedo de-

Me callo al sentir la calidez de sus labios sobre los míos. Cierra sus párpados al instante. Una mano se posiciona en mi mejilla y detrás mi oído mientras la otra sigue entrelazada con uno de las mías. Resisto a su tierno tacto por una milésima de segundo y accedo deseosa de saborear más a fondo su boca al cerrar los ojos ante la vulnerable situación. Su mano pasa de mi mejilla a mi nuca para profundizar más el beso y mi mano disponible se posiciona en su espalda. Muerde con suavidad mi labio inferior lo cual provoca que suelte un leve gemido. Decido separarme al no sentir el oxígeno adentrarse en mis pulmones y el sonríe ampliamente.

Lo Inalcanzable » m.j (#LI1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora