Capítulo 35

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Las lectoras que me siguen desde hace mucho saben que encontrarán errores de ortografía siempre. Soy una escritora novata, es más, ni siquiera me considero una, pero lo hago porque me gusta no por obligación. Así que, les comunico una vez más, que me tomaré la "molestia" de corregir cada error cuando dé por finalizada esta historia. Es así cómo lo hago yo. Si no te gusta, entonces no la leas. Gracias, todo el amor x.

No olvides dejar tu voto y comentar. Disfruta<3.

(...)

Todos, absolutamente todos, seguían en un trance mientras el temor corre con una rapidez impresionante por mi cuerpo al creer que quizá piensen que soy poca cosa o peor, que con sólo mirarme hayan descifrado nuestra historia en menos de dos minutos. Mierda, si tan sólo me hubiese dicho a dónde íbamos habría optado por verme mayor...

Entierro mis uñas sin disimular en el brazo de Michael y éste al fin se digna a mirarme. Sus ojos penetran los míos obligándome a tranquilizarme hasta lograrlo. Respiro hondo y cierro mis ojos un par de segundos. Relamí mi labio inferior a lo que él mira mi acción y sonríe, sonríe transmitiéndome un cosquilleo por mi columna vertebral para luego depositar un beso en mi frente.

—Michael... —habla al fin, una señora con sorpresa. 

La atención de Michael se va hacia ella y la mía también. Sus rasgos eran tan semejantes a los de él que fue entonces en donde el foco arriba de mi cabeza se prendió al recordar las fotos que vi en casa de Michael. Era su madre.

Pequeñas lágrimas rodearon sus ojos al ver a su hijo. Su sonrisa gritaba lo feliz que estaba y fue entonces cuando Michael se separó de mí para caminar hacia ella. Nadie más habló, sólo miraban la escena como si de una película se tratase.

—Mamá —le dice él, en forma de saludo al abrazarla para luego besar su mejilla y sonreírle.

—Qué gusto verte, Mike —dice un joven, estrechando su mano hacia Michael a lo que él responde gustoso.

—También me alegra verte, Matt.

Empezaron a saludarlo de a poco, todos felices de verlo como si no lo hubiesen hecho por años. Michael lucía igual de contento; la manera en que sus brazos rodeaba a sus familiares mientras tenía una sonrisa amplia en los labios, era una imagen digna de ver. Sonreí involuntariamente atrayendo la atención de Janet quien se encontraba a mi lado.

—¿Y quién es esta hermosa jovencita? —Le pregunta la señora Katherine.

La atención de todos se dirigen hacia a mí, incluyendo la de Michael. Mi sonrisa desaparezca reemplazada por el rubor de mis mejillas y, sólo puedo entrelazar mis manos para luego bajar la mirada a ellas. Empiezo a jugar con mis dedos hasta que sentí la suavidad de su tacto en mi antebrazo.

Nuestros ojos se cruzan y su sonrisa me distrae por lo hermosa que es. Rodea su brazo en mi cintura y luego entrelaza una de nuestras manos. Yo no le puedo quitar los ojos de encima, prefiero mirarlo a él que enfrentar las miradas curiosas frente a nosotros, miradas dulces que pueden cambiar en cuestión de segundos. Junta nuestras frentes mientras me sonríe para luego mirar hacia su familia que esperaba impaciente su respuesta.

—Ella es Neriam Edwards, mi novia —dice él, tan determinante y sonriente. Tan honesto y legible; tanto que me toma por sorpresa y no sólo a mí.

Mis ojos están abiertos como platos, mi respiración se perdió de repente mientras mi corazón ya estaba latiendo de manera desenfrenada.

Con pánico miro a la familia de Michael quienes tenían unos rostros mezclados de mucha sorpresa y felicidad, mucha.

Lo Inalcanzable » m.j (#LI1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora