Capítulo 3

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Cerré mi casillero y respiré hondo. Ignorando sin entender los nervios que empezaron a recorrer mi cuerpo, fui con Alice a la cafetería, hicimos fila y tomamos nuestro desayuno. Caminamos hasta donde se encontraba el chico de mi amiga y nos sentamos, no sin antes Alice se haya abalanzado sobre él capturando sus labios a lo que le corresponde gustoso. Sonreí divertida al verlos.

—Ayer te fuiste de la fiesta, Neriam, ¿por qué? —Preguntó Zac con curiosidad luego de despegar su boca de Alice.

—No me sentía bien —me encogí de hombros.

—Daniel se fue contigo, ¿no?

—Sí, regresamos juntos —sonreí sin mostrar mis dientes.

—Hablando del rey de Roma, ahí viene —involuntariamente sonríe al oír a Zac. Miro atrás de mí y era cierto, Daniel Zellers caminaba como todo un galán regalando sonrisas a cada rostro femenino.

—¿Qué onda? —Saluda ni bien llega a nosotros, pero a mí ni siquiera me miró.

—Hola —le respondí en un susurro.

—Daniel —saludó Alice con una sonrisa hipócrita notoria, mientras que él y Zac chocaban sus puños mientras toma asiento a su lado.

—Al, tu amiga Neriam, ¿en dónde está? —La pregunta que hace el castaño es directa y ni bien escucho mi nombre me quedo quieta extrañada.

«¿Qué demonios?»

El silencio es incómodo. Alice y Zac se miran entre ellos entendiendo todo al mismo tiempo que yo. No estoy vestida de una forma diferente. Debo admitir que me decepciona que no me haya reconocido. La pareja de enamorados ríe recibiendo una mirada de confusión por parte de Daniel y una mirada avergonzada de parte mía.

—Estás bromeando, ¿cierto? —Zac lo interroga haciéndole señas con los ojos.

—Uhm... no.

—Neriam está en frente tuyo, idiota —dijo Alice negando para sí misma sin una gota de gracia, tal vez notando lo que desgraciadamente afectó todo esto en mí. La mirada de Daniel va directamente a la mía. En su rostro solo puedo ver decepción. No era el único.

—Yo... debo irme, nos vemos.

Y entonces sin decir nada más, se fue. Algunas lágrimas se escaparon de mis ojos y me maldigo porque lo hicieron sin mi permiso mostrándome vulnerable. Por una extraña razón, me afectó la actitud de Dan. Oh, genial, hasta ya le puse un apodo. Seguí comiendo con la cabeza agachada sintiendo la mirada de Ali y Zac encima de mí, deduciendo a que no me siento del todo bien.

La campana retumbó en toda la cafetería, o más bien me hizo un favor en sonar unos minutos después del bochornoso incidente, avisando a que en cinco minutos teníamos nuestra primera clase del día. Me fue imposible no notar cómo Daniel y Sophia platicaban animadamente, ya que tuvimos que pasar cerca a ellos cuando salimos del lugar. Sentí una rara sensación en mi estómago y a la vez ganas de vomitar. Aquello que sentía cuando veía a Luke hablar con una que otra chica. Alice al notarlo, supe que quería ahorcar a Dan sin piedad.

¡Deja de llamarlo así!

Al seguir nuestro camino al salón A-207, ni una palabra sale de nuestras bocas. Mantenía mi mirada en el suelo abrazando mis brazos mientras que mi mochila colgaba sobre mis hombros. Al llegar, algunas personas ya estaban ahí que al notarme no pudieron aguantarse las malas caras. Alice y yo optamos por sentarnos en las carpetas del fondo para sentirme más cómoda. Pasaron los minutos y el profesor Jackson aún no ese dignaba a aparecer.

—Neriam, ¿te sientes bien? —Preguntó una Alice preocupada, posando una mano en mi hombro.

Niego con la cabeza.

Lo Inalcanzable » m.j (#LI1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora