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Lavinia
-¿Carl? - abrí la puerta de una de las habitaciones de la fábrica, encontrando su figura mirando por la pequeña ventana, observé como su cuerpo se tensaba a pesar de la oscuridad, sin embargo, no me miró.
-¿qué haces aquí? - preguntó en un susurro casi inaudible.
-honestamente, no lo sé... - me acerqué con lentitud hacía él, sentándome a su lado.
-deberías estar allá, con él, follando - gruñó, sus puños se cerraron sobre el borde de la ventana con fuerza, logrando qué el metal crujiera levemente.
- debería pero estoy aquí a pesar de lo idiota que has sido conmigo...- una risa sarcástica abandonó su garganta y finalmente me miró, sus ojos levemente mojados.
Mierda.
Aquella vista me hizo sentir un nudo en la garganta.
No sabía lo mucho que me afectaba verlo llorar pero mi corazón se rompía, sobretodo si la razón de sus lágrimas era mi culpa.
-¿Yo he sido un idiota contigo?, ¡tú te acuestas conmigo, con mi padre y con ese demente!
- haberme llamado una puta hasta para mi padre, Carl, fue muy bajo también, incluso para ti - susurré, aún sintiendo el dolor en mi pecho, aquellas palabras de una de las personas que menos lo esperaba.
- yo...
- lo entiendo, no debería pero quiero que hagamos las paces, Carl - confesé mirando el cielo estrellado fuera de la ventana, sentía su fuerte mirada sobre mi pero no me atreví a mirarlo.
Sabía qué esta era la despedida antes de ir a enfrentar mi destino.
La muerte, porque no había forma de que viviera lo mismo otra vez, prefiero morir.
- ¿las paces?, ¡casi follas con él a pesar de lo que te estaba haciendo!
- si, gracias por intervenir...
-no sirvió de nada, casi...
- basta Carl, deja de mencionar que casi lo hice con Luke, no sucedió.
-¡porque llegué!, si no lo hubiera hecho tu estarías...
- oh, Grimes, ¿acaso es que estás celoso? - pregunté mirando nuevamente su rostro iluminado solamente con la luz de la luna. Sus suaves facciones lucían aún más atractivas.
Sus cejas se fruncieron y sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso.
-¡por supuesto que no!
- claro - me burlé con una sonrisa divertida y llena de sarcasmo - es una lástima porque yo si lo estoy de Beth, terriblemente - después de varios meses, fui capaz de admitir aquello, era verdad que me sentía increíblemente celosa cada vez que Carl siquiera miraba en su camino.
-¿qué? - la sorpresa en su voz fue imposible de ocultar, por primera vez, no quería seguir escondiendo mis sentimientos, necesitaba que lo supiera.
- vamos, lo sabes, sabes lo que causas en mi, pequeño sheriff - no pude detener aquellas palabras, quizás porque sabía que esto era nuestra despedida o quizás porque poco a poco comenzaba a aceptar lo mucho que el chico significa para mi.
- ¿qué está sucediendo?, ¿tienes fiebre? - su tibia mano tocó con suavidad mi frente, su toque me hizo suspirar.
Su mirada atrapó la mía al observar mi reacción y sonreí levemente. No quería que fuera una despedida, no quería dejarlo ir, quería seguir observando aquellos ojos azules y esa dulce sonrisa, quería seguir sintiendo sus suaves caricias e incluso quería seguir actuando como si nos odiaramos.
- te diré un secreto pero necesito que lo guardes, por primera vez desde que nos conocemos, por favor no me falles - Carl me miró confundido, su fría mirada ahora era suave y llena de preguntas.
- ¿de qué se trata?
-promete que no dirás nada, por favor, que lo mantendrás entre nosotros - tomé sus manos entre las mías. Cada segundo que transcurría, mis sentimientos por el chico se hacían más y más insoportables. Me hacían débil. - por favor, Carl...
- está bien, Vinnie, lo prometo - su cuerpo se inclinó hacia el mío buscando más cercanía y sus manos nunca abandonaron las mías. - ¿qué sucede?
Suspiré y solo por un segundo miré el cielo sobre nosotros, oscuro, lleno de estrellas y una pequeña luna qué apenas iluminaba el bosque.
Vaya qué iba a extrañar la vista pero sobre todo al chico a mi lado.
Quería abrazarlo y nunca soltarlo, sentir su piel en la mía, su respiración, su olor.
- debo volver a Woodbury, Grimes - confesé con un nudo en la garganta.
- ¿disculpa?, ¿escuché bien? - su tono de voz era molesto pero su rostro mostraba confusión. - ¿por qué demonios volverías a ese lugar?
- Luke si vino por mi, Carl, debo volver o lo matarán a él y a nuestros amigos que aún siguen allá, está esta pequeña niña, Lizzie, solo tiene 7 años y yo la vi crecer, no puedo dejar que ninguno de ellos mueran por mi, ya no puedo volver a ser egoísta...
- ¡claro que puedes! - sus manos soltaron las mías y su voz se elevó. Enojo, rabia, tristeza, no sabía identificar sus emociones en este momento. - por favor sé egoísta, no me importa, no tienes que volver.
Sentí las lágrimas escaparse de mis ojos y mi garganta cerrarse, sin embargo sonreí.
- fuiste...eres la mejor experiencia que he tenido en toda mi miserable vida, Carl Grimes. Gracias por enseñarme lo que es sentir algo por alguien, más allá de la amistad o la familia.
- ¡no voy a dejarte ir, Vinnie!
- tienes que hacerlo, mi pequeño sheriff, debo volver, solo pedí unos días para despedirme de todos pero quizás no pueda hacerlo, quizás debo irme sin...
- no puedes irte - su voz se quebró y casi de inmediato lagrimas rodaron por sus suaves y rosadas mejillas dejándome sin aliento.
¿Acaso estaba llorando por...mi?
- debo...hacerlo - esto estaba siendo lo más difícil que había hecho en toda mi vida.
- entonces déjame ir contigo-sus manos temblorosas tomaron mi rostro.
-eso no va a suceder, Carl, ese no es tu lugar, simplemente...
Mis palabras quedaron en el aire al escuchar gritos dentro de la fábrica.
¿Qué estaba sucediendo?
Ambos nos dimos una mirada alarmante antes de salir corriendo de aquella habitación.
El caos en el piso de abajo me hizo temblar, había caminantes por todo el lugar, apenas pude distinguir al grupo, los muertos dirigiéndose a ellos y la pequeña Judith en los brazos de Rick lloraba con desesperación.
Mierda.
El portón de la entrada principal estaba abierto de par en par y los caminantes seguían entrando.
-tenemos que hacer algo - Carl tomó mi mano y me empujó lejos de la vista de los caminantes.
- podemos salir por la escotilla de arriba pero tenemos que abrirles paso. - respondí mirando a mi alrededor, buscando alguna distracción.
- las maquinas - Carl susurró, terror y desesperación plasmada en su rostro. - podemos hacer que caigan, el ruido los distraerá y ellos podrán pasar.
-por supuesto... - susurré y acaricié levemente su suave mejilla. - hagamoslo...
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¡Holi otra vez!
Tuve un bloqueo y no lograba continuar con la historia pero espero que les guste este capítulo y por favor, ¡si les gustó comenten sus opiniones y no olviden votar!-Aliyne
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Lost ¦ Carl Grimes |TERMINADA|
Fanfiction-¿Estás seguro de que quieres hacer esto? Quizás no sea la decisión correcta. -quizás, pero no me importa. -¿qué quieres? - preguntó en un susurro. -besarte. - respondí con una sonrisa. -no ahora, si no ¿que quieres de mi? -no lo sé...