28. Repítelo

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Vinnie

Un cosquilleo en el cuello me hizo abrir los ojos de inmediato, la pared de madera gastada fue lo primero que mis ojos captaron.

Segundos después, el chico castaño apareció frente a mi con una amplia sonrisa, sus dedos acariciaban mi brazo desnudo con delicadeza, provocando una cálida sensación sobre mi piel.

-buenos días, Vinnie... - la felicidad que irradiaba era contagiosa.

- alguien despertó de buen humor - hablé con una leve sonrisa.

- dime, ¿cómo no hacerlo? Si anoche fue increíble y sobre todo, dormimos juntos. - sus suaves labios besaron el dorso de mi mano. - eres tan hermosa... - su voz me volvió a sacar de mis pensamientos, su mirada tenía un toque diferente, algo que no había notado antes, un ligero brillo que hacía resaltar aún más ese precioso color azulado.

- Grimes...- tosí levemente, insegura de decir lo siguiente - No soy una de esas chicas que se enamoran y menos en este mundo.

- yo tampoco soy de esos chicos, nada de sentimientos - habló de inmediato, escupiendo las palabras con cierta molestia, el brillo en su mirada se apagó al instante que escuchó mis palabras - esto es sólo sexo, no malinterpretes las cosas, Lavinia.

Había tenido esta conversación múltiples veces pero esta vez, no se sintió bien.
No se sintió como debería, como siempre solía hacerlo.

- soy Vinnie, Carl - dije mirando su espalda que ahora ya estaba cubierta por su playera.

- que yo sepa, tu nombre es Lavinia - su voz volvía a ser fría y distante.

- si pero tú comenzaste a llamarme Vinnie y...

- eso se puede ir a la mierda, esto que tenemos, si es que es algo, es solo sexo y no hay porque poner apodos, no somos amigos.

- sheriff..

- es hora de irnos, vístete - me cortó sin delicadeza, él ya había terminado de cambiarse bajo mi mirada consternada - ¿qué esperas? - continuó al ver que no moví ni un sólo músculo de mi cuerpo.

Quise responder, atacar como siempre, quizás comenzar la típica pelea con él pero ninguna palabra logró salir de mi boca, comencé a vestirme mientras él metía lo que encontramos en una mochila.

- necesitamos encontrar más provisiones. - esas fueron las palabras que logré formular una vez que mi cuerpo estaba nuevamente cubierto con ropa - aún no podemos volver a la fábrica.

Las provisiones me parecían suficientes pero no quería volver, aunque no lo quisiera aceptar, disfrutaba de la compañía del chico castaño.

Bajamos de la casita en el árbol para comenzar a caminar sin un rumbo fijo nuevamente pero sus pasos eran más apresurados, dejándome algunos metros atrás de él.

Cada paso que daba lo alejaba más y más de mi.

- no vas sólo, ¿sabías?- hablé, logrando que se detuviera apenas escuchó mis palabras, sin embargo, su espalda seguía enfrentando mi rostro.

- camina más rápido - aquél tono frío y casi monótono sólo me recordó al día que nos conocimos, eso hacía casi 6 meses.

No podía evitar pensar lo mucho que habían cambiado las cosas desde entonces.

- no hay prisa, Grimes - me acerqué a él que aún me daba la espalda, mi frente apenas llegaba al inicio de su pecho, coloqué una de mis manos en su cadera y con la otra hice un recorrido desde la parte baja de su espalda hasta el inicio de sus hombros, bajando de ahí por su brazo, lentamente, sintiendo su cuerpo aún más rígido y tenso, hasta llegar a la punta de sus dedos donde entrelacé nuestras manos.

Lost ¦ Carl Grimes |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora