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Narra Ama

—¡¿estás segura?!—pregunto la chica de lentes.

—Ari y rivers canon—dijo burlándose Nuvia.

—se estaban tragando toda la boca—dije recalcando “toda”

—aver déjame ver si entendí, viste a tu amiga de dieciocho años y a tu hermana de dieciséis años tragándose la boca y dejaste que fueran ala cocina solas—dijo Rocío, Nuvia y yo  reaccionamos y saltamos de la cama mientras Rocío solo se levanto tranquila.

Las tres íbamos bajando las escaleras escuchando las risas de rivers y Ari.

—es demasiado caro para que venga todo seco—se quejó Ari y rivers solo rio—en lugar de que te estés riendo deberías organizar una protesta para que le bajen el precio a los limones—rivers volvió a reír—¡ya mejor callate y ayúdame!

Narra Abril

Rivers me quito el cuchillo y comenzó a cortar unas fresas.

—¿crees que somos muy obvias frente a las chamacas de allá arriba?—me pregunto Samantha.

—¿te molestaría que lo supieran?—ella negó—¿te espantaría al ganado?—ambas reímos.

—no solo es que... es inevitable que te trate diferente a ti te quiero... pero poner contra la pared—volvimos a reír—ya enserio, si las quiero y todo el rollo pero no las quiero igual ¿Sabes?—asenti—no es como que a ellas les quiera tragar la boca cada que las veo o que me enamore más de ella cada que la miro. El punto es que Osvaldo ya me preguntó si estaba pasando algo entre tu y yo, Osvaldo mi hermano mayor, el pendejo—rei—no dudo que Ama o cualquiera de las otras dos chaparras ya estén dudando o incluso ya nos hayan visto.

—no creo—dejo de picar y me volteo a ver—ni una de las tres aguantaría más de tres minutos sin venirme a preguntar o a gritarnos—ella rio.

—tienes razón—se volteo quedándo frente a mi y puso una de sus manos en mi cintura—solo no quiero que tengas problemas con Juan—la mire con el ceño fruncido—mira, el te compra todo lo que no puede con amor y yo te compro mucha comida para que seas feliz—las dos reímos—en realidad sólo es por que yo sé que aún no te sientes lista para terminar con el.

Escuchamos algunos pasos y volteamos a ver a la entrada de la cocina donde iban entrando las tres chicas por lo que yo solté a Ari y seguí cortando las fresas de forme que solo les quitaba el tallo.

—se tardan mucho ¿qué tanto hacen o que?—pregunto Rocío sonriente.

—nada solo perdiendo el tiempo pensé que se estarían cambiando o alguna pendejada asi—dije pues en menos de dos horas iríamos a una casa que rento Iván por que se quedaría unos meses aquí.

—y yo pues solo la acompaño a hacerse  wey—dijo Ari mientras tomaba un tenedor y lo encajaba en una fresa llevándoselo a la boca—¡Oye! ¡Aún no termino!—se quejó cuando le quite el tenedor.

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Estaba “platicando” con Rodrigo, me estaba contando algo sobre su vuelo o algo así, la verdad no le ponía atención yo solo miraba como Ari bailaba divertida con Nuvia.

—¿todo bien? Te miro medio distraída—pregunto al darse cuenta que no lo estaba mirando.

—si, tranquilo sigue—el me sonrió y me siguio platicando, moje mis labios cuando mire cómo Ari bajaba lentamente su cuerpo quedando a una estatura perfecta para....

Me di cuenta de lo que estaba pensando, ella solo era una niña que apenas cumpliría diecisiete años mientras yo cumpliría diecinueve, tenía que alejar todos mis pensamientos inadecuados y concentrarme en ser una chica normal con Ari.

El precio del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora