El precio del amor

uno...dos...y..

Rocío intentaba llamar a Ama, pero está simplemente no contestaba.

Ella conocía a rivers lo suficiente como para saber que no pasaría algo bueno, ya saben...rivers es una persona que no le gusta meterse en problemas pero si es necesario, ella es capaz de asesinar a alguien.

Volvió a marcar y por fin, ama contesto.

— ¡¿Que quieres?! ¿no ves que si no te contestan es por qué no estan disponibles?

—¡Es importante!

—dale pues, ¿Que paso?

—rivers va para la casa de Juan

—¿Que?

—¡Rivers! ¡Juan! ¡casa! ¡Rivers va a la casa de Juan!—la llamada quedó en silencio—¡Pero di algo! Ambas sabemos de qué eso no indica nada bueno.

— arreglate voy a pasar por ti—y sin más colgó.

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—¡¿error?!—dijo enojada, mientras Juan, solo la miraba desde abajo, en el pasto de su jardín.—¡Ari esta sufriendo, y tú dices que solo fue por un ¿Error?

—¡Solo hice lo que mejor me convenía!—dijo sin vergüenza—tanto que me críticas a mi, pero mírate, tanto dices que la amas y en lugar de estar a su lado estás aquí.

Rivers volvió a soltarle un golpe en la mejilla causando que Juan escupiera más sangre.

—¡Creeme que la amo! ¿pero tu que vas a saber de amor?—Juan borro la sonrisa de su rostro cuando recibió otro golpe.

Rivers cada vez se enojaba más, pero sabía que quien merecía la mayor parte era David.

—¿Ahora me dirás dónde vive?

—en tus sueños Rivera—ahorra recibio una fuerte patada.

Sin esperar más tiempo rivers lo sostuvo del cabello, obligándolo a que lo mirara.

—Escuchame Guarnizo, si no me dices ahora mismo dónde vive ese amiguito tuyo, juro que soy capaz de matarte.

Juan solo nego repetidas veces. Sam lo soltó y camino hacia su carro, justo en el asiento del piloto la esperaba una “HK45” una arma no tan grande pero muy peligrosa.

La tomo y salió del auto, camino a Juan y este solo la observaba.

—tienes una última oportunidad, para decirme dónde vive—Juan volvió a negar.

—¡Samantha!—alguien gritó. Ama.

—¡Rivers! ¡¿que estás haciendo?!—pregunto Rocío, caminando hacia ella.

—¡Dime!—Juan volvió a negar y entonces rivers saco el arma de tras su espalda.

—¡Samantha! ¡¿que mierda estás haciendo?!

—¿Me lo dirás o acaso no me crees capaz?

—talvez no esté cargada—le dijo Rocío a Ama.

Rivers disparo hacia un viejo árbol, haciendo que todos soltaran un grito.

—yo creo que sí está cargada—contesto, aún sin despegar su vista de Juan.—uno...—Juan solo volvió a negar—dos... Y...—volvio a cargar el arma.

—¡Es la última casa!—dijo rápido—casa roja, solo ve recto y la miraras.

Rivers asintio y solo se alejo sin mirar a las chicas.

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En la noche habrá otro capítulo, no se me alteren