El precio del amor

¡¿Rivers?!

Narro yo

No era necesario decir que Ari cada vez se hacia más amiga de Samantha, y llego un punto donde creyó que a ella le gustaba, pero descarto la idea cuando se dio cuenta que no te pude gustar alguien sin verlo.

Por alguna razón los padre de Ari acompañados de Ama creyeron que sería una buena idea pasar el día de su cumpleaños en casa de los Garmendia, según ellos. Para recordar los viejos tiempos.

No le molestaba hacerlo, solo que tuvo que cancelarle a rivers solo por eso, que por cierto, su relación con rivers cada vez iba más potente, ambas sabían sobre la tension sexual, solo que aún no creían que el momento estuviera cerca.

¿O talvez si lo estaba?

—¡mierda!—bufo al ver cómo Ama se reía de ella sin ayudar—te agradecería tu consuelo.

Ama rodo los ojos y se acomodo en su lugar.

—Ari... tu quieres, ella quiere, ambas quieren solo que les da miedo.

—¿cómo quieres que lo haga? Rivers, hay que coger. Ahora.—mire como asintio—¡No haré eso!

—no precisamente eso, pero algo así—se levantó y se acercó a mí—animate, hoy oficialmente tienes diecisiete años, y no es por decir pero tú y rivers parece que se están enamorando de verdad, eso o están calenturientas—rieron— como diría Sebas... el que te haga una mujer es por que se ganó el privilegio—volvieron a reír—estaba drogado cuando dijo eso, así que talvez no le tengamos que hacer mucho caso.

—es raro...rivers me gusta pero me da miedo que todo termine como Juan y yo, al principio Juan me gustaba, pero ahora le tengo miedo.

—¿bromeas? Rivers está totalmente enamorada de ti, como te mira, como te sonríe, como te trata. Y si te comienza a tratar así, juro que la mato.

No era necesario aclarar que rivers estaba totalmente enamorada de Ari, solo con el hecho de que sonriera de una manera tan idiota cuando estaba con Ari o cuando la mira como si fuera lo único en el mundo.

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La familia Garza estaba llegando a la casa de los Garmendia, Ari solo miraba algunos carros deportivos que estaban algo apartados de la entrada de la casa, junto a un patio con algunos balones y unas bicicletas por donde sea.

Bajaron de la camioneta despidiéndose del chófer, para después caminar a la entrada de la casa. El señor Garza tocó y no pasó mucho tiempo hasta que una joven de almenos diecinueve años abriera la puerta.

—buen día—saludo la señora Garza—¿tu eres?—era difícil predecir quien era esa muchacha, pues vestía unos jeans y una playera algo corta, algo que no llevaría una trabajadora del hogar y desde luego no era una Garmendia.

—¡o lo siento!—golpeo levemente su frente—¿son la familia Garza? ¿no es así?—la familia asintió—yo solo soy amiga de Osvaldo y Samantha, y ya me iba solo permítanme decirles que llegaron—volvieron a asentir—pero pasen, en un rato estarán con los señores—les sonrió y subió las escaleras directo a una habitación donde estaban Osvaldo y rivers.

—¿quien era?—pregunto Osvaldo sin quitar la mirada de su PC.

—son la familia...¿Garza?—la voltearon a ver—los deje entrar y entran esperando haya abajo—en cuanto termino de hablar los hermanos salieron corriendo de la habitación y fueron a la oficina de su madre donde estaban ella y su papá.

—¡ya llegaron!—Osvaldo siempre de paranoico.

—¡bien!—Lenay salió de la oficina y bajo las escaleras.