falsa

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NARRA ABRIL

Desperte con un fuerte dolor de cabeza y pues era obvio, había bebido demasiado anoche.

Después de quince minutos viendo tiktok en mi celular decidí que sería bueno ducharme y deshacerme del olor a alcohol.

Me duche, me cambien, me peine y después de dos horas baje a la cocina encontrándome con mi hermana sentada en la barra de la cocina viendo su pan tostado mientras acariciaba su frente.

—¿Bueno días?—me sente a un lado de ella llamando su atención.

—buen día—me respondió de vuelta—¿Quieres comer? Mis papás ya se fueron.

Solo asentí y mire cómo le hecho una mordida a su pan, para después llamar a una empleada.

—buenos días, Carmen ¿Podrías prepararnos algo para desayunar?—dijo mi hermana mientras bajaba de la silla.

La señora solo asintió y fue a la cocina por lo que yo seguí a mi hermana a a la sala.

—no vuelvo a beber, en mi vida-se dejo caer en el sofá.

Reí y me senté a un lado de ella a esperar que nuestro desayuno estuviera listo.

NARRA SAMANTHA

Estoy con Osvaldo en nuestro cuarto de juegos jugando Mario kart, pues nuestro padres habían salido y no teníamos nada que hacer en la mañana.

—¿Y lo de anoche?—me pregunto mi hermano mientras tomaba una sabrita.

—¿Qué?—pregunte sin desviar mi mirada de la pantalla.

—besaste a Ari.

—aaah eso—rei nerviosa—si, solo fue para que el gorras se fuera ¿Recuerdas cuando te dije que fue a visitar a Ama y terminamos viendo películas con Ari?—mire como asintió—ese día fue, al parecer Ari había terminado con el por qué la trataba como un objeto, le dije un chiste y me miró feo, desde ese momento me cae mal ¿Quien no se rie con mis chistes? Son los mejores.

—tus chistes son los peores—se rio.

—no es verdad—tosi un poco—¿Qué le dice un pez a otro?—me quede callada—nada—escuche su risa.

—es tan malo que da risa—rio un poco lo que hizo que perdiera la concentración y su personaje se retrasará mucho—¡Heeey! ¡no, pendeja!

Seguimos jugando un rato hasta que se hicieron las doce de la tarde y Osvaldo se tuvo que ir a su práctica, por lo que quede sola.

Puse música en las bocinas de la sala, lo suficientemente fuerte para que se escuchara en toda la casa.

Yo solo paseaba por toda la casa comiendo chetos y disfrutando de la música sin interrupciones.

Tengo a los míos hablando italiano de lu-

Mire la gran bolsa de basura en la cocina, bolsa que tuvo que haber sacado Osvaldo pero alparecer no lo hizo.

La tome en mis manos y camine al recibidor, asome mi cara por la ventana y al ver que no habia nadie salí a tirar la basura, cerré el tambo de basura y voltee a ver a la calle.

Casi siempre una camioneta negra acostumbraba estar afuera de nuestra casa con personas con cámara, con la esperanza de conseguir una foto del rostro de los hijos de los grandes conocidos empresarios, mucha gente nos llama “los niños sombra” ya que hemos estado en cada una de las celebraciones de la empresa pero nadie sospecha de nosotros.

No mire la camioneta por ningún lado, así que creí que porfin habían encontrado que hacer con sus vidas además de acosar a dos jóvenes.

Justo cuando me di la vuelta sentí un flash en mi cabeza por lo que rápido cubrí mi cara y empecé a caminar a la entrada de mi casa viendo cómo intentaban tomarme fotos.

Subí rápido a mi cuarto y le mandé un mensaje a Osvaldo diciéndole que entrará por atrás y que talvez me habían tomado foto.

Me asome por la ventana y evidentemente aún no se iban, estaban aferrados, enfocando cada ventana con los lentes de sus cámaras mientras una chica revisaba su cámara.

¿Se habra visto mi cara?

Si se miraba mi cara, toda mi vida estaba arruinada, tendría que dejar de ir a los lugares a los que voy, no dejarían de molestarme en el trabajo y no quiero ni imaginar que pensarían mis amistades, básicamente las engañe, menos Ama, Rocío y Nuvia pero las demás son amigas de un personaje falso que utilizo para ocultar quien soy.

El precio del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora