karma

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Samantha pasaba su manos por los brazos de Ari, hace apenas unos minutos los primeros rayos de sol se habían asomado.

Se escuchaba como los papás de Ari se preparaban para salir de la casa. Pero rivers estaba segura de que no entrarían a despedirse de Ari, pues nunca lo hacian.

Rivers solo se maldecia a si misma, ella estaba segura de que era su culpa. Talvez su hubiera insistido un poco, pero solo un poco, las cosas hubieran sido muy diferentes...

Rivers bostezo y entonces sintió como la mano de Ari se empezó a mover, se había despertado después de un sueño, muy profundo.

—buenos días— Dijo Ari, aún con su voz algo ronca.—¿No dormiste?

—buenos días—le sonrió y Ari le devolvió la sonrisa,—obvio que dormí, solo me desperté muy temprano.

Ari solo asintio.

—en verdad perdóname, se que yo pude haber echo algo para poder evitarlo—acerco su rostro al de Ari, pegando sus frentes.

—¿Crees que mi forma de vestir haya tenido la culpa?—ella empezaba a creer que así era, Juan se lo decía casi a diario, y ahora, pues...

—¿Que? ¡claro que no! La forma en la que se vista una mujer no tiene nada que ver a que tanto respeto merezca, o como debe de ser tratada. Solo es que... En el mundo hay personas que tienen mierda en la cabeza y piensan que para mostrar su masculinidad tienen que hacer cosas estúpidas.

Ari solo hizo una nueva y asintio.

—¿No tienes que ir a tu casa?

—no te quiero dejar sola—le respondió.

—tu mamá se preocupara, y cuando regreses se enojara.

—ella va a entender la situación. Le diré que... No sé, algo se me ha de ocurrir.—Ari rio, y rivers sonrió, por primera vez en toda la noche la había visto sonreír.

—descuida, ve y si quieres puedes regresar... Yo leeré un libro y te aseguro que ni siquiera sentiré cuando te vallas.—Sam se la pensó pero termino aceptando.

Ella no planeaba ir a su casa, no aún, primero tendría que hacer una pequeña visita en la casa de Juan.

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Rivers salió de la propiedad de los Garza, detuvo su carro y prendió su celular, entonces llamo a Rocío.

—Rocio necesito algo.

—¡Aaay! Esperate me acabo de despertar—dijo con voz ronca.—¿Que necesitas?

—¿Dónde vive Juan?

—mmm...¿Para que necesitas saber?

—¡Rocío puta madre! ¿me vas a decir o no?

—ya pues esta bien—penso—creo...que en residencial del sol. Es una la única casa color azul como celeste, la vas a encontrar facil.

—bueno gracias.

—¡Espera! ¿que vas a hac-

Rivers colgó y volvió a encender su carro.

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Coño de la madre, no les recomiendo usar iPhone, osea si tiene buena cámara y los emojis están chidos, pero la batería casi no dura :(

El precio del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora