¿Alguna vez has tenido sexo mental con alguien?
Ya sabes, cuando te imaginas toda una imagen sexual con una persona.
Algo así como hacer el amor por telepatía.
Rivers lo hacia muy seguido, pues aunque no le gustaba al cien porciento la idea de tener imágenes tan vulgares de Ari en su cabeza, se le era imposible. Era eso o llegar al siguiente nivel con Ari, y no es que ella no lo quisiera, solo pensaba que no estaba lista
—¿entonces?—Nuvia golpeo a rivers en la cabeza-deja de imaginar cómo te coges a mi amiga.
—¡weeey! ¿qué pedo contigo?— todas rieron—pues no se, solo que en mi casa no, Osvaldo llevará a sus amigos del trabajo y son puro vato que se creen guapos pero están para el culo.
—¡deja de dramatizar cada maldita cosa que hago!—todas se miraron al escuchar la voz de Ari, se suponía que no estaba en casa.
—¡pareces prostituta!
Salieron del cuarto y miraron a Juan y Ari subiendo las escaleras hacia la habitación de Ari.
—no voy a tolerar que te vean vistiendo así, almenos alado de mi. —empujo a Ari hacia su habitación— ahora ve y ponte algo decente por favor.
—¿Decente?—rio irónicamente— pues no te importa si las putas con las que sales, están vestidas decentemente o no ¿Por qué debe importarte si yo lo hago?
—¡esto no tiene nada que ver con eso! ¡vete a cambiar ahora!
Ari solto un gritito y entro en su cuarto cerrando la puerta con algo de fuerza.
Rivers sonrió a sus amigas y comenzó a caminar hacia Juan el cual estaba sentado en uno de los escalones con su celular.
—oye amigo—se sentó alado de él—te recomiendo que dejes el machismo... ya no está de moda.
—¿Y tú qué haces aquí? ¿Ya vives con los de limpieza?
—ojala poder vivir aquí ¿no lo crees? Pero no, solo paso mucho tiempo aquí, a Ari le encanta que esté aquí ¿y quien soy yo para decirle que no?—Juan iba a hablar pero el celular de rivers sonó—¿me disculpas?—miro como Osvaldo la llamaba y sonrió con un plan, bloqueo el celular y volvió su mirada al chico de gorra—perdon, era tu mamá... hace unos dias nos vimos y está de aferrada que quiere volver a verme ¿le podrías decir que deje de buscarme? Siempre pone como excusa que tu padre no puede complacerla, entonces tengo que ir yo y blablabla—miro como Juan se levantó.
—¡¿Que te pasa?!—tallo su cara—¿sabes que? No mereces que te ponga atención—fue hacia la puerta de la habitación de Ari—Abril, apresurate no tengo todo tu tiempo.
Rivers río y se acercó.
—¡así no se hace!—golpe su gorra—mira...—toco la puerta—Abby...soy rivers ¿me puedes abrir?
Se escuchó como alguien caminaba hacia la puerta y quitaba el seguro de la puerta, mostrando a una Ari con sus ojos rojos, sus labios algo hinchados y sus mejillas rojas.
—pequeñita—le extendió sus brazos a Ari la cual entro en ellos, pegando su rostro al pecho de rivers.
Ari se despego y sin mirar a Juan a los ojos, jalo a rivers, adentrandola a su habitación para después cerrar la puerta.
—¿Todo bien?—Ari negó—¿Quieres que nos acostemos?—esta vez asintió—muy bien—rio y se agachó un poco, cargando a Ari como si fuera una recien casada, la llevo hasta su cama y la acosto ahí seguido de ella—¿así está mejor?
—asi esta mejor...—su voz se escuchaba quebrada por lo que rivers solo la apretó más a su cuerpo—perdon...
—tu no eres la que tiene que pedir perdón, mira como te trata, cuando se entere que le estás poniendo los cuernos talvez reflexione y se de cuenta que es una mierda de personas.
—talvez—levanto su rostro y comenzó a besar el cuello de su novia, succionando una que otra vez—asi te ves mejor—dijo en cuanto se separó causando la risa de rivers.
—¿tu crees?—la más pequeña asintió—tambien lo creo.
Estaban a punto de besarse cuando la puerta se abrió mostrando a un Juan enojado y cruzado de brazos.
—¡¿Cómo entraste?!—Ari se levantó de la cama y empujó a Juan pero este no se movía—te pregunté algo.
—tengo control de esta casa incluso más que tú, así que no te preocupes por poner seguro a las puertas.
—¡salte! Ahora.
—aun no te has cambiado.
—¡¿cómo querés que lo haga si no sales de mi cuarto!?—lo volvió a empujar está vez sacándolo del cuarto.
Rivers rio al ver cómo su novia hacia una mueca para después caminar hacia su cajón.
Ari saco unos pantalones, un top blanco y un pequeño suéter del mismo color que el pantalón.
Gran sorpresa se llevó rivers al ver como su novia bajaba su falda dejando ver sus panties que subían hasta la curva de su cintura. Simplemente la imagen más bella que podrá ver.
—¿todo bien?—rio al ver cómo rivers estaba totalmente sonrojada—actuas como si nunca hubieras visto a una mujer en ropa interior—se acerco a rivers y se sentó sobre su regazo causando que rivers cerrará sus ojos.
—es diferente—volvio a abrir sus ojos y miro los de su novia los cuales no reflejaban el tono dulce de siempre, ahora eran de un color más oscuro casi negro—muy diferente—poso su mano sobre la cintura de su novia y rezo más de mil veces para que su erección no comenzará a notarse.
—¿te sientes culpable?—Ari sabía del efecto que causaba en rivers y le encantaba jugar con eso.
—depende de quien lo pregunte—ambas rieron.
—¿no te sientes culpable por desear el cuerpo de una niña de dieciséis años?—dejo caer totalmente su peso en el cuerpo de rivers, sintiendo de inmediato su erección.
—eres muy traviesa—rieron y rivers bajo sus manos a la cadera de su novia— me siento muy culpable, pero no hay nada que se pueda hacer.
—para calmar al deseo, solo se necesita una cosa, solo se puede le puede calmar si es recompensado con eso que estás deseando.
Narra Samantha
Era más que obvio que Ari estaba hormonal, sabía que estaba mal que estuviéramos en esta posición, en esta situación y en esta plática. Pero no hay nada que se le pueda hacer más que disfrutar.
Lo unico que puedo decir, es que me agrada demasiado la Ari hormonal.
Me comenzó a besar y obviamente yo le seguí el beso, pero como siempre fuimos interrumpidas por Juan.
—¡Abril apresurate!
Suspiré y baje a Ari de mis piernas.
—vistete ¿si?—me sonrió y asintió.
Acomode mi short de forma que no se me viera mi erección y salí del cuarto cerrando la puerta atrás de mi.
—¿qué vergas es esto?—Juan tocó mi cuello por lo que asumí que se trataban de algún chupetón que Ari había dejado.
—¡ya te lo dije! ¡Tu mamá!—rei al ver cómo se puso serio y fui al cuarto de Ama y me senté en su cama junto a Nuvia.
—muy sonriente ¿No?—voltee a ver a Rocío—¡¿qué te hizo Ari?!—esto lo dijo en un gritito mientras tocaba mi cuello.
—no te gustará saber que más hizo en mi cuerpo—rei cuando hicieron un sonido de asco.
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El precio del amor
Fanfic¿Cuál es el precio del amor? Samantha y Abril, dos personas enamoradas. Juan y David, dos personas rencorosas.