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【 UNOS DIAS DESPUÉS 】
La rubia dejo escapar un suspiro pesado mientras caminaba por el gran bosque intentando encontrar al arquero que hace horas no volvía y faltaban pocas horas para que oscurezca. Él seguía buscando a sophia sin césar, no había perdido las esperanzas como muchos otros, entre ellos la de ojos azules, quien no creía volver a ver a la pequeña porque ya muchos días habían pasado, y siendo tan pequeña, no creía que las cosas hubieran terminado bien.
Comenzaba a cansarse de tanto caminar y no encontrar nada. Había matado algunos caminantes, pero aun no había rastros de dixon.
Siguió caminando con la esperanza de encontrarlo, pero en el camino se cruzo con el caballo que el arquero se había llevado de la granja y supuso que estaría cerca de robin hood.
Hasta que lo vio.
Tirado en la arena cerca de un río o algo similar, pero había que bajar una gran montaña de tierra para llegar a él. La ojiazul supuso que el arquero había caído por ahí, ya que noto varias ramas rotas y él estaba inconsciente.
Intento bajar de la mejor manera posible, pero a mitad de camino termino cayéndose. Rodó hasta terminar en el piso.
—Maldición. —Maldijo por lo bajo viendo como había rasgado su ropa y lastimado su cuerpo.
Limpio la tierra de su ropa de manera torpe y se encargo de los caminantes que habían alrededor de esa zona. Al terminar, se arrodillo al lado de dixon y comenzó a moverlo, intentando que reaccione de alguna forma.
—¡Aléjate de mi, merle!—Escupió con enojo empujándola lejos de su cuerpo con fuerza. La rubia lo quedó mirando en silencio sin saber que decir ante esa reacción y el arquero la quedo mirando de la misma forma, intentando descifrar si ella era real.
—Hay que ir a casa.—Dijo ella con la voz temblorosa y con cuidado se levanto del piso. Las heridas en sus brazos estaban comenzando a arderle porque la arena se estaba metiendo en ellas y dolía.
—¿Qué haces aquí?—Pregunto mirándola como si fuera una extraña que no conocía. Ella no contestó y siguió caminando intentando ver como harían para subir de nuevo.—Te estoy hablando, Ly.
—Vine a buscarte.—Contesto como si no fuera obvio.—Va a oscurecer, tenemos que volver antes que eso suceda.—Le recordó sin mirarlo.
—¿Por qué viniste? ¿Eh? ¿Quién te mando? —Pregunto con molestia, mientras caminaba atrás de ella.—No necesito tu jodida ayuda, Ly.
Estaba enojado.
—¡Porque me importas, idiota!—Exclamo con fastidió. Él siempre la cuestionaba y ella solo quería ayudarlo, cuidarlo, pero él siempre estaba a la defensiva e intentaba alejarla.
Él quedó mirando un punto fijo y eso llamó la atención de la rubia. Dixon en verdad estaba teniendo un comportamiento más extraño de lo normal.
—Ella no esta mintiendo, Merle.—Le dijo a ese punto que él estaba viendo, donde en realidad no había nadie.
—Hey, hey.. —Ella se puso delante de él, llamando su atención.—Tenemos que ir a casa, Robin hood.—Repitió.—Tienes que llevarme a casa.
