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Estábamos caminando cuando escuchamos el ruido de una campana sonar. Frenamos nuestro caminar para poder escuchar el ruido e intentar saber de donde provenía, porque era extraño escuchar eso en un bosque.
—Puede ser sophia. Debemos ir—Dije antes de comenzar a correr en dirección al sonido y todos me siguieron, sin pensarlo dos veces.
Encontramos una pequeña iglesia en medio del bosque. No tenía campanario, pero no había otro lugar. Los chicos entraron primeros, despejando el lugar porque había algunos caminantes dentro y después pasamos nosotras, pero seguía sin haber rastros de la pequeña sophia.
Ella no estaba ahí, las campanas solo fueron un jodido altavoz con temporizador.
—Vamos.—Pidió rick.—Hay que seguir buscándola.—Le entregó un arma a su mujer, que iría por otro lado con el resto del equipo.—¿Vienes con nosotros ly?—Me pregunto.
Rick, shane, Cj y carl, irían por un lado y ahora yo también. Asentí ligeramente acercándome a ellos, ganandome una mirada por parte del arquero.
Le sonreí y él corrió la mirada.
—Bien, vamos.—Dijo shane.
—Denme un momento.—Pidió rick antes de adentrarse a la iglesia nuevamente. Todos nos dispersamos de nuevo en lo que él hacía sus cosas o se tomaba su tiempo.
—Ten cuidado, rubia.—Dijo dixon.—No voy a estar atrás tuyo cuidándote la espalda y ninguno de ellos va a hacerlo, no seas despistada.
Lo mire.—Tranquilo, lo se.. tampoco es que tú vayas mirándome la espalda todo el tiempo.—Dije con diversión, pero de forma acusadora porque sabia que él quisiera o no, siempre tenía sus ojos en mi.—Se cuidarme.
—Claro que no lo hago.
—Lo se.—Le sonreí.
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Una sonrisa curvo mis labios al ver la fascinación del pequeño grimes con aquel animal. Todos estábamos embobados viendo aquella escena tan dulce e inocente y por sobretodo, tan humana.
Mi corazón se detuvo por un momento cuando vi el pequeño y delicado cuerpo de carl golpear el piso. Todos reaccionamos por inercia y corrimos hacia él, fue su padre quien lo tomó en brazos.
Y antes de darnos cuentas de algo, estábamos corriendo en medio del campo mientras gritabamos por ayuda. Un hombre que vivía en una granja había sido quien le disparo al pequeño, sin intenciones de hacerlo, solo se encontraba cazando el animal y carl estuvo en el lugar equivocado. Él nos dijo que en su granja había un hombre llamado hershel y que él no iba a poder ayudar.
Con la de cabellos rojos nos quedamos afuera y rick entro con shane. Solo deseaba que nada malo le pase al pequeño grimes, ya había sido suficiente con lo de sophia.
—Dios.. tú y tu grupo.—Escupió ella con frustración mientras caminaba de una punta a la otra sin parar.—No pueden estar tranquilos por un segundo. Solo un jodido segundo.
—Esto somos, Cj.
—Me caen tan mal.—Siguió.
—Que amable eres, colorada.—Murmure con ironía. Al menos me hacía pensar en otra cosa con sus tonterías absurdas.
