CAPITULO 5

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                                                                                           CHLOE



Llegamos a casa de Vale y apartamos el auto en su garaje, y vamos directo hacia su jardín.

Quedo hermoso todo, la iluminación es de colores dorados, la pista de baile quedo como si fuera una disco, la barra de bebidas es enorme dos bármanes estás moviendo no sé qué cosas tal vez están preparando bebidas ¿pero tan temprano? No cabe duda de que se empezó con todo.

Los aperitivo están acomodados correctamente, el DJ ya está completamente acomodado y listo para empezar en cualquier momento, esto se ve espectacular.

—Esto quedo hermoso Andy, han hecho un trabajo excelente. — halago, es que de verdad es un trabajo brillante. To0do el tiempo invertido está dando frutos.

—Gracias, es lo mejor que hemos podido hacer. — dice con su mejor sonrisa y fingida modestia.

Estamos observando todo y aparece Valeria con un vestido negro ajustado a su figura como un guante, y con un escote muy sexi.

—¡Qué bueno que han llegado!

Se acerca y nos da un beso a cada quien.

—¡Se ven guapísimas! Aquéllos quienes no se atrevieron a declarar les su amor en la preparatoria lo harán hoy ¡ya verán! Es que se ven fenomenales.

—Tu también te ves genial Vale. — como dije anteriormente, a ella no le han afectado los años.

—Aww gracias, ¿Y que les parece como quedó todo?

—Se ve espectacular, ¡lo pasaremos genial está noche! — afirma Andy

—Esa es la idea.

Esta por decir algo más y tocan al timbre. Están llegando.

—¡Ohh están llegando! ¿Vamos a recibirlos las tres?

—No, yo prefiero quedarme a ver todo esto, vayan ustedes dos aquí las espero.

—¿Segura? — me pregunta Andy.

—Sí, aquí las espero.

Y se van entusiasmadas a recibir a mis excompañeros.

¿Y si es él?

"No, que no sea él"

Dareck, no parezcas hoy por favor.

Fue mi gran debilidad pero también mi dolor de cabeza.

Cuando íbamos a la preparatoria todos teníamos buena relación, nos llevábamos bien los unos con los otros.

Yo estaba completamente loquita por Dareck Allen. El chico inteligente y guapo del salón.

Yo sabía que tenía muchas chicas rogando detrás de él para que saliera con ellas, sin embargo él no lo hacía, no sé por qué razón desperdiciaba la oportunidad de usar a las chicas y botarlas, eso hacían muchos, pero el no.

Y eso me enamoró de él, tal vez era una palabra demasiado grande que no debía decir a esa corta edad, pero yo estaba segura de que lo que sentía por él era amor. Cada vez que lo veía mi corazón latía demasiado rápido como jamás había hecho, y como jamás ha latió por nadie más.

Era tan buen chico, inteligente, responsable, carismático y que odiaba las injusticias y había algo que me derretía completamente, tocaba la guitarra, ¡dios cuando lo hacía, me enamoraba más!, su voz era tan dulce cuando interpretaba una canción que era el su guitarra y yo, sentía que todo el mundo desaparecía. Que no quedada nada más bonito en el mundo que nosotros dos juntos.

Nos llevábamos bien, hablamos y teníamos una conexión única —bueno eso pensaba yo — nunca le dije que me gustaba porque no sabía si me rechazaría o no, tenía miedo de que me dijera que no.

Todo llevaba un buen ritmo, varias veces hacia cosas que me hacía creer que yo también le gustaba, era la más feliz del mundo, pero a pesar de esas pequeñas señales jamás me dijo nada.

Un día tuvimos un nueva compañera, se acaba de cambiar de escuela, ¿por qué motivos? Los desconozco, y la incluimos como una más al grupo, no tardo en mostrar interés por Dareck, y es que no podía culparla era un chico encantador.

Después el empezó a llevarse con ella, como no lo había hecho con ninguna otra chica, porque del que no se separaba jamás desde que entró a la preparatoria era Alejandro, su mejor amigo, pero Alexia era la nueva mejor amiga, así la veía el, pero ella quería algo más que eso, supongo que se conformó pensando que en algún momento llegarían a ser algo más.

Y como dije ella se pegaba como una lapa a él, ya no hablábamos mucho pero no perdí la esperanza de que yo le gustará, mi corazón me decía que teníamos algo, por más mínimo que fuera.

Alexia Lee se llama aquella chica, estaba enterada de lo que sentía por su mejor amigo y decidió que yo no le caía bien y como Andy y yo éramos inseparables también la vio cómo su enemiga, hacia todo lo posible por hacerme queda en ridículo o echar a perder mis planes, jamás tuvo éxito, eso era lo que la llevaba a tenerme más odio. Jamás hice demasiado caso.

Un día inventó que yo hablaba cosas malas de cada uno de mis compañeros, todos ignoraron sus mentiras y creyeron en mí, sabían qué tipo de persona era, detrás de esa cara angelical avía maldad pura, les agradecí que creyeran en mí, pero necesitaba hablar con Dareck y decirle que no creyera nada, yo era incapaz de hacerlo, porque lo quería. Me acuerdo que espere a la hora del recreo para buscar un momento a solas con él y hablar. Camine decidida a hablar con él y decirle de una vez por todas que me gustaba que jamás hablaría o haría nada malo contra él.

Entonces llegué al salón donde supuse que estaría, y no supuse mal, pero hay estaba con ella, Alexia, estaban sentados en el escritorio del maestro, se reían de algo que había dicho ella, estaba a punto de tocar la puerta y pedir hablar un momento con él, cuando escuche que ella le preguntaba lo que yo llevaba meses queriendo saber.

No están bien estar escuchando conversaciones que no eran de mi incumbencia pero moría por saber la respuesta de él.

—¿Te gusta alguien del grupo?—le pregunto ella con fingido desinterés.

—¿Porque esa pregunta repentina? — respondió por el repentino cambio de la conversación.

—Curiosidad, hay muchas chicas a las que les gustas.

Yo era una de ellas. Y ella también, se notaba.

— Ya lo sé, — acepto — pero que haya muchas chicas a las que les guste no quiere decir que a mí me gusten.

—¿Entonces no estás interesado en nadie? O no lo quieres decir.

—No sé...

—¿Ósea que si ay alguien? — agradecía que insistiera, porque yo era la más interesada en conocer esa respuesta.

Él se quedó callado, y fue suficiente para que ella dedujera que si había alguien ¿había posibilidad de que fuera yo? Eso pensé pero lo que pasó después me quitó toda esperanza, mato completamente mi amor y la admiración que sentía hacia él.

—¿Es Chloe no?

En ese momento me quedé tiesa y no sabía que pensar, pero cruzaba los dedos para que dijera que sí, algo que nunca paso. Soñar no cuesta nada.

—¿Qu-que?

— Es Chloe la que te gusta.

Esta vez no fue una pregunta si no una afirmación.

—N­o... no, ¿De dónde sacaste eso? — empecé a perder la esperanza.

—Como la miras, como si fuera la única chica en este mundo y tuvieras ganas de gritarle lo mucho que te gusta. Prácticamente la miras todo el tiempo. —¿Eso era cierto?

—Eso no es cierto, yo no hago eso. — negó.

—Si lo haces, todos nos damos cuenta.

—Son tonterías, están alucinando.

—¿Entonces no te gusta? — muy en el fondo creí que diría que sí, muy en el fondo.

—Claro que no, antes me como a un perro muerto que tener algo con ella.

Alexia empezó a reír por lo que dijo y él se quedó sentado mirando a la nada.

Ese día me sentí horrible, el chico que me gustaba había dicho que jamás tendría algo conmigo y por las palabras que dijo sentí que le daba asco, me separé de la puerta y fui a buscar a Andy, y le conté todo lo que había escuchado, no llore, un hombre no merecía mis lágrimas, pero me sentía pésimo, me sentí asqueada por lo que dijo, no era una persona que mereciera mi respeto, así que todo lo que sentía por él se convirtió en rabia, y jamás volví a ser la misma Chloe con él, ya nos más sonrisas y palabras amables, no se las merecía.

Había días que intentaba hablar conmigo como si todo estuviera bien, pero yo lo ignoraba y lo dejaba hablando solo.

Había un chico de otro grupo que estaba ligando con migo y decidí ponerle un poco de atención, era lindo. Era mejor, sería más fácil olvidarme de Dareck

El hacía lo mismo, salía con varias chicas e incluso se rumoreaba que había tenido algo con Alexia, probablemente era cierto, pero mi enojo creció más el día que Valeria nos invitó a una fiesta, yo y Andy de decidimos ir a pasarla bien, y ay estaba Dareck Allen disfrutando de la fiesta, decidí ignorarlo pero era imposible. Mis sentimientos estaban intactos

¿Saben lo difícil que es que tú cerebro que diga una cosa, pero tú corazón otra? Pues ya se imaginan como estaba yo, había un chico en la fiesta que se acercó a entablar conversación me pareció agradable y de repente llegó Dareck y empezó a reclamar que porque no le hacía caso y a los demás sí.

—Así que tienes tiempo para hablar con quién sea pero menos conmigo ¿Verdad Chloe? — dijo en tono de reclamo.

—Creo que ya sabes la respuesta y deja de estar molestando y veté por otro lado.

—Tienes razón, no sé qué hago aquí, hay cosas mejor que el querer hablar contigo.

Me enoje más de lo que ya estaba, ¿Cómo se atrevía a hablarme así? Ya me había humillado lo suficiente y me había hecho sentir lo suficientemente mal como para que viniera a hacerlo otra vez.

Así que por impulso de mi enojo le aventé lo primero que vi a mi alrededor, le quite la bebida de las manos a una chica y se lo avente en la cara.

EL OLOR DE TU PERFUME ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora