CAPÍTULO 12

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DARECK



—Fue un placer atenderlos, los esperamos para la próxima reunión.

Me despido de mis clientes, la verdad es que la reunión fue más pasiva de la que creía.

Están en proceso de divorcio, y la verdad es que quedaron en muy buenos términos y conseguimos un acuerdo en el que ambos están más que satisfechos.

La verdad es que en este caso las cosas han sido fáciles, en ocasiones casi se matan entre ellos mismos, más cuando hay hijos, en el caso de esta pareja no los hay, razón por la cual creo que fue más sencillo. Sigo pensando que los niños complican todo.

Vuelvo a tomar lugar en mi escritorio y me pongo a revisar algunos documentos que voy a ocupar, estas últimas semanas han sido muy buenas, he tenido mucho trabajo, algo que me ha servido para tratar de evitar a mi madre, todavía no estoy de humor para que siga metiéndome en líos.

No sé porque le preocupa que me quede soltero, nada más falta que crea que soy gey, no entiendo a los padres y sus dramas.

"No sabrás lo que es hasta que lo vivas Dareck, será una de las mejores experiencias mas felices y también aterradoras que vivirás, pero todo valdré la pena."

Y ni lo entenderé, porque no quiero nada de eso en mi vida.

Y para colmo Alexia no deja de molestar, después de una semana de ignorarla le contesté secamente con un hola, no le di ni excusas por la razón por la cual no le contesté antes, no tardo ni un minuto en contestarme, la pasé bien aquella noche con ella, pero no estoy interesado en tener nada más que ver con ella ¿Porque tiene que ser tan insistente? Y desde entonces no he contestado nuevamente su mensaje, y no pienso hacerlo, y todo por culpa del idiota de Alejandro.

El cual por cierto vino a disculparse el lunes en la mañana.

Y es que lo que hizo fue la mayor estupidez que ha hecho en su miserable vida con la cual yo estaba más que decidido acabar en ese maldito instante.

Llegó con el ramo más grande de flores y chocolates qué haya visto en mi vida y con una bocina miniatura en la cual sonaba una canción que me cantaba, según él se llamaba "quiero decirte" y que me la dedicaba desde el fondo de su corazón.

Estuve a punto de matarlo con mis propias manos, no le costaba absolutamente nada con que simplemente me pidiera una simple disculpa.

"Pero te lo había pedido antes."

Ya sé pero en ese momento estaba enojado, y para entonces ya se me había pasado, pero claro, él tenía que buscar la manera de empeorarlo, y aún sigo molesto.

Por cierto las flores y chocolates se los di a Elisa, no supe que hizo con ellos.

Ni me importa.

"Díselo a Alejandro y te hará un berrinche."

No lo dudo, es un excelente abogado en cuerpo de un niño de 5 años.

Si así es el que ya es un adulto ¿Cómo serán los monstruitos de esa edad?

De tan solo pensarlo me dan escalofríos, yo no quiero hijos hasta dentro de nunca.

Son desastrosos, me niego a formar parte de la creación de uno, suficientemente tengo con el idiota que se hace llamar mejor amigo.

Hablando del rey de Roma...

Alejandro entra en mi oficina como si fuera la suya. ¿No puede tocar la puerta? Al parecer no sabe lo que es eso.

—Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma.

—Tan bien que estaba sin ti, y vienes a ponerme de mal humor.

—No seas tan amargo amigo mío, que te saldrán canas y después envidiaras mi hermosa cabellera, y no podré hacer nada al respecto, advertido estás.

¿Dios, que he hecho para que me castigaras así?

Por qué si no es un castigo entonces no sé lo que es.

Toda la vida ha sido así no sé cómo aguanto, bueno si se, es una persona leal y responsable, aunque no parezca. Le confiaría mi vida si es necesario.

—Es enserio, no estoy de humor.

—Tu nunca estás de humo...

Gracias a dios que Elisa lo interrumpe, tocando a la puerta de mi despacho.

—Disculpe la interrupción señor pero afuera se encuentra su madre y pide verlo.— lo que me faltaba.

—Dile que estoy ocupado y qué...

—¡Ohh no! — interrumpe el idiota y se dirige hacia mi secretaria — Asla pasar Elisa, tengo que saludar a mi bella Sofía Allen, hace tiempo que no la veo.

Elisa asiente y se va por mi madre, estos dos acabarán como migo hoy.

Entonces mi mamá entra muy sonriente, pareciera que en su vida a roto un plato.

—¡Hola cariño! Hace rato que no te veo ¡Pero si estás igual de guapo que siempre! — ohh no, con halagos no, eso no funcionará conmigo.

—Hola mamá. — no sé qué más decirle.

—¡Pero que bella estás Sofía! — la alaga el idiota del cual mi madre no se había percatado.

—¡Ohh Alejandrito, no te aviso visto! Pero que guapo estás tú también.— se acerca y le planta un beso en la mejilla.

—Ya lo sé Sofía, no hay día que no me lo digan, pero es todo un placer que tú me lo digas también. — idiota.

—No cambias, eres mismo chico simpático de siempre. — le dice con un sonrisa.

—¿Que te trae por acá madre? — le pregunto, rompiendo el bonito encuentro entre el pesado y ella.

—Vine a verte hijo, hace tiempo que no te visito ¿algún problema? — Alejandro se ríe, maldito sinvergüenza.

—Ninguno, me alegra que estés aquí — por idiota vas a sufrir Alejandro — ¡Vaya casualidad! Justo estábamos hablando de ti y una de tus amigas, ¿Te acuerdas de la chica que estaba obsesionada con el control? — ese día desee más que nada desaparecer de este mundo.

—No está obsesionada con el control Dareck, solo tiene un problema, ¿Pero que con ella? ¿Te interesa?

Alejandro solo me mira con una deja enarcada, no tiene no idea de lo que voy a hacer

—No, en lo absoluto, hace una semana fuimos a comer a un restaurante no muy lejos de aquí y la vimos, Alejandro se enamoró a primera vista de ella, no ha dejado de insistir en qué la quiere conocer — el me mira con la boca abierta, lo que estoy diciendo es mentira — así que pensé que podrías organizarles una cita para que se conozcan.

—Ohh eso es genial, Alejandrito, ella es una chica muy guapa y harán un pareja muy linda.

—No es necesario... — de esta no se va a escapar.

—Claro que lo es, mejor vamos a tu oficina y le marcamos para que se vean lo antes posible. — le dice arrastrándolo del brazo para llevárselo, el pide ayuda con la mirada pero la ignoro — ¡Dareck hablamos después! — me dice adiós con la mano y se va.

Mate dos pájaros de un tiró.

Y sigo con mi trabajo, es más importante que estás discutiendo con el pesado y mi madre.

Pido un café a Elisa, me lo estoy tomando cuando siento un mareo horrible, siento que me falta el aire, me siento débil.

Trato de respirar profundamente y calmarte. Pasan los minutos y se me ha pasado completamente.

¿Qué demonios ha sido eso?

EL OLOR DE TU PERFUME ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora