CAPITULO 20

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NOTA: Revisen que hayan leído los capítulos anteriores para que no se pierdan nada de la historia.

CHLOE


No sé si estoy más nerviosa por el hecho de que iré con Dareck a la cita de este mes con la doctora, o porqué esta misma noche su familia y la mía se enterarán de que serán abuelos en siete meses.

No creo que a este paso no llegaré viva al fin de año.

Dareck cumplió con su palabra y al día siguiente ya tenía a alguien entregándome una extensión de su black card, de la que no he tocado ni un solo peso, pero la llevo a todos lados por si tuviera una emergencia o algo así, aunque no creo que eso pase, yo te tengo las mías.

Y de vez en cuando se aparece por aquí con algo de comida y preguntar si todo está en orden con el embarazo, le digo que sí, porque es cierto, todo va de maravilla, excepto por los pequeños y repentinos mareos y asco, aunque no son muy recurrentes, antojos todavía no tengo, pero si me siento más cansada, cundo ve que estoy más que bien se va pidiendo que le avisé por cualquier situación.

Nuestra relación no es la mejor del mundo, pero lo estamos intentando, cordialidad si hay, algunas beses cuando tiene trabajo, me manda un mensaje preguntando por mi estado y avisando que no puede venir personalmente, y lo entiendo, su trabajo lo requiere, además tampoco es que me encante mucho tenerlo metido en mi departamento, aquí todos los días, hasta mis vecinos ya lo conocen, cada vez que se lo toman lo saludan con más cordialidad que a mí, y eso que yo llevo dos años en el departamento, incluso han alagado el buen gusto que tengo.

Si ellos supieran como es que terminamos ligados de por vida, no se lo creerían.

Y así fue hasta que un viernes por la noche llegó con comida de mi restaurante, él no lo sabe, pero yo sí, sería imposible no reconocer el sazón.

—Traje comida de un restaurante que me encantó, creo que también te gustará.

Nada más sonreí, él no sabía a qué me dedicaba, no había la suficiente confianza para contarle más de mi vida.

—Eso lo sabré después de probarla...

Andy ceno con nosotros y me sonrió al darse cuenta que la comida era de mi restaurante, no comento nada acerca que ella tenía a la chef en casa, solamente lo buena que estaba la comida, Dareck concuerdo con ella y Andy nada más me sonreía, después de cenar se fue a su habitación, mientras yo y él nos tomábamos un té. No me importaba que Andy se quedará, pero ella ya me había dicho que prefería dejarnos solos, no quería ser mal tercio.

—¿Mal tercio? Eso aplicaría si él y yo tuviéramos una relación, pero estamos muy lejos de tener algo...

—Según tú...pero aun así me siento incomoda estar con ustedes, es mejor que se queden solos y conversen tranquilos.

Entonces acepté, no la podía obligar a estar conmigo, entonces mientras tomábamos el té me dijo que teníamos que hablar con nuestras familias, ya lo había pensado, pero me tomo de sorpresa que tomara la iniciativa.

—Creo que es tiempo de que les digamos, yo no podré ocultárselos más, y dentro de un meses tu pancita se notará y no lo podrás ocultar, es ahora o nunca.

—Si... aunque será un poco difícil, mi mamá no es la mujer más tranquila y pasiva del mundo, no sé cómo lo tomará...

—Créeme que la mía tampoco lo es, pero los citamos en un restaurante, creo que estando en un lugar público se comportarán un poco más, eso creo...

Su idea era más que buena, dudo que mi madre haga un show enfrente se decenas de persona.

—Es una buena idea, mmm... ¿Qué te parece sí lo hacemos el mismo día del segundo ultrasonido, en la noche... estaría bien.

EL OLOR DE TU PERFUME ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora