CAPITULO 26

151 15 2
                                    

NOTA: Revisen que hayan leído los capítulos anteriores, para que no se pierdan nada de la historia.

🚨📢Lean la nota al final, es importante🚨


DARECK

3 semana después del cumpleaños de Chloe.


Chloe camina hacia el auto y me apresuró para abrirle la puerta, pero se adelanta y la abre y se sube sin siquiera esperaré.

¿Volvemos a lo mismo? ¿Seguirá evitándome?

La he llamado y buscado desde que se fue de mi casa el día de su cumpleaños, todo el tiempo me evita, contesta las llamadas y solo responde que está bien y cuelga.

Ya no sé qué hacer para que estemos bien, se niega a hablar.

Me resigno y me subo al auto.

La observo en el asiento del copiloto y sonrío, la pancita le está creciendo, ya se nota. Ella se ve hermosa, como siempre.

—Te ves muy linda. — trato de que hablé y que el momento incómodo desaparezca.

—Gracias...

—¿Crees que podamos saber el sexo del bebé hoy? — llevo tiempo emocionado con eso, buscaremos un nombre, compraremos ropa. Me hace ilusión.

—No sé, hoy nos lo dirá la doctora. — dice con algo parecido a una sonrisa. Algo es algo.

El camino es tranquilo, no vuelvo a intentar tener un conversación con ella, o terminaremos peleando, al bebé no le hace bien. Ella tampoco muestra indicios de querer hablar.

Llegamos y esperamos en la sala de espera a que sea nuestro turno de pasar, faltan cinco minutos, veo a niños corriendo por todos lados, son ruidosos, algunas mujeres solas, supongo que también esperan su turno de pasar con su doctor.

Hace meses odiaba la idea de niños, es más la sigo detestando, no soporto tener niños cerca, la única excepción será mi hijo, lo haré el niño más feliz del mundo.

Sonrió como tonto al imaginarlo, si es una niña, será hermosa como su mamá, tendrá carácter fuerte, será una princesa valiente y de armadura brillante, me imagino contándole cuentos y en enseñándoles a andar bicicleta, aunque no creo que lleve bien la adolescencia, tendrá novio está que yo me muera, sobre mi cadáver.

Y si es niño... será un caballero en toda la extensión de la palabra, estoy seguro de que su mamá y yo le haremos ser un hombrecito muy bien portado, también le enseñaré a andar en bicicleta.

La idea es espectacular, en cinco meses nacerá.

— Chloé Bailey — llama la secretaria, o enfermera, no sé qué es, tal vez las dos cosas.

Ella se levanta y la sigo, entramos y nos recibe la doctora nos sus sonrisas fuera de lugar, al parecer Chloe también se da cuenta porque la mira mal.

—Un gusto verlos nuevamente. — para mí no tanto — Chloe ya sabes, cambiaste y vemos cómo va el bebé.

Ella se va y me quedo esperando, la doctora no deja de querer saber de mi vida.

¿Pero a ella que le importa?

Que cumpla con su trabajo y listo, nadie le interesa saber más de ella.

—No quiero faltarle el respeto, pero deje de querer meterse en mi vida y de sonreírme como si tuviera oportunidad, porque no la hay, estoy aquí con la madre de mi hijo y le pido que respete eso.

No voy a soportar sus impertinencias.

—Disculpa yo...

—No me interesan sus disculpas, así que evítelas, si estoy aquí es porque mi novia confía en su trabajo — hago énfasis en mi novia — así que cuide su trabajo y no lo eche a perder, no pienso repetir lo que dije.

Asiente y mira a su carpetas, así está mejor.

Chloe salé con la bata y se dirige a la camilla.

Vamos a ver a nuestro bebé nuevamente.

La acomoda y hace lo que todas las citas ha hecho. Le pone gel en el vientre y desliza el ecógrafo sobre él, en la panza se ve en pequeñito que se está desarrollando.

—El bebé crece, está más grande, mide unos centímetros más, y en tú pancita se nota, será normal que empiece a dar pataditas, — muero por vivir ese momento — es normal que te sientas más cansado y que tus cambios de humor sean muy repentino, las náuseas y vómitos continuarán, al igual que los antojos serán más continuos.

Observo encantado al bebé a través de la pantalla, su pequeño corazón se escucha.

—¿Podemos saber qué es?

—Aun no, estoy intentando ver, pero aún no se puede distinguir, estoy segura de que el mes siguiente podré decírselo, durante los siguientes meses pueden inscribirse a clases pre-parto y podría practicar yoga o natación, te irá bien.

Asentimos y yo me aseguraré de recordarle, podría acompañarla, yo encantado.

Termina la consulta y salimos, sigue sin dirigirme la palabra, no sé qué hacer para terminar con esto. Si no están segura de lo que hacía, no lo hubiera hecho.

De camino a su casa es mismo.

—Chloe hablemos... — intento mientras me paro en la entrada de su edificio.

—Hoy no Dareck, tengo cosas que hacer.

Se baja sin darme oportunidad de nada.

Suspiro y pego mi cabeza al volante, ya no sé cómo insistir.

EL OLOR DE TU PERFUME ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora