CAPÍTULO 14

119 13 3
                                    




CHLOE


—Estoy embarazada...— le digo en un susurro.

Se queda con la boca abierta si tener nada que decir.

—¿Que dijiste? — pregunta nuevamente como si esperara que dijera que todo fue un error o escuchó mal.

—Estoy embarazada. — repito con voz clara.

—¿Pero com...? — no puede ni terminar la oración por lo difícil que le es asimilar lo que he dicho.

—Ya sé que es una noticia muy sorprendente pero es verdad, estoy embarazada.

—Pero tú siempre has sido muy responsable...¿Cómo puedo pasar algo así? ¿Y el papá?

—Ya lo sé, cuando el doctor meló ha dicho no se sabido cómo reaccionar, y del papá no tengo mi la más mínima idea de que es de él.

—¿Cómo que no sabes quién es el papá? ¿Tuviste algo que ver con varios al mismo tie...

—¡No! — la interrumpo antes de que diga una estupidez.

Soy una mujer libre e independiente y puedo tener algo con quién yo quiera, pero tampoco ay que exagerar, jamás me he acostado con un hombre distinto cada día y tampoco me acuesto con un solo hombre todos los días.

Hay beses en las que salgo a divertirte y paso una buena noche y ya, pero siempre con responsabilidad, nada que ver con lo que pasó está vez.

¡Es que no se! Primero necesito saber de cuánto tiempo estoy.

—Hace dos meses tuve algo que ver con uno de los chicos que conocimos en el bar, pero yo no estaba ebria, me acuerdo perfectamente que nos cuidamos, pero también hace casi cuatro semanas que desperté en una cama sola y desnuda sin saber con quién estuve, y mi instinto me dice que ocurrió esa noche, ¡Joder que ni me acuerdo si me cuide o no!

—Tranquila...

—¡Ese es el problema que no pue estar tranquila! — tal vez debería salir y botarme de la ventana pero huir jamás ha sido una opción para mí.

—Pero no necesitas encontrar al papá, eres un mujer independiente y con un estatus social alto, a tu bebé no le faltará nada si decides tenerlo.

—Ya lo sé, ¡Claro que lo voy a tener! No pienso quitar la vida a un pequeñito ser por mi irresponsabilidad, no tiene la culpa, y sé que puedo cuidarlo yo perfectamente sin ayuda de nadie, pero el papá tiene derecho de saber de su existencia.

—Chloe...

—Yo no quiero que crezca con la ausencia de un figura paterna, como lo hice yo, quiero darle la oportunidad de conocer y crecer con un padre, no quiere decir que me valla a casar u obligar al padre a casarse con migo, podemos tener cada quien su vida pero estar los dos presentes en su vida de mi hijo o hija.

<<Y si él decide que no quiere sabe nada de mi bebé está en todo su derecho y no lo molestaré, me haré cargo y seré mamá y papá para él, pero no quiero negarle la idea de tener a un padre, se lo que se siente y si tendré que buscar asta debajo de la piedras para encontrarlo lo haré.

Miró a Andy a los ojos con un nudo en la garganta y con algunas lágrimas desbordándose por mi ojos, no quiero negarle al padre de mi bebé el conocimiento que tendra un hijo o hija viceversa, mi bebé se merece que él lo sepa.

—No llores que entonces llorare yo también... — se acerca a dónde estoy se tarda y me abraza.

—Y no tengo ni la más mínima idea de cómo lo voy a encontrar...¿Que voy a hacer Andy?

—Primero tranquilizante... ¡Ay dios mío que seré tía! Tengo que ser la favorita, también su madrina y...

—Andy que la que se tiene que calmar ahora eres tú. — le digo mientras sonrió y quitó las lágrimas de mi ojos y mejillas, ya no quiero llorar más.

Espera y verás, inundaras la casa.

Que gracioso.

—Perdón, me emocioné, pero primero tenemos que saber de cuánto tiempo estas, entonces sabremos cuando sucedió el embarazo y si buscar al papá. — menciona buscando ponerle optimismo a la situación.

—Tienes razón, pero a esta hora es difícil agendar una cita con mi doctora. — son casi las seis y media de la tarde.

—Ya lo sé, podemos ir a comprar un prueba de embarazo que india a cuántas semanas tienes y mañana temprano hacemos una cita y terminamos de confirmar. — no lo había pensado, pero la idea es excelente.

—Es una excelente idea, voy a comprar una a la farmacia...

—¡No señor! Tu no vas a ningún lado.

—¿Porque? Si quiere podemos ir juntas.

—No he dicho que no, te quedar recostada descansando y yo voy lo más rápido posible y regreso, tienes que cuidarte.

—Pero no estoy mal, puedo ir.

—No, y no insistas, iré yo y me esperarás aquí, no quiero que te vayas a lastimar o algo así, tienes que cuidarte mucho a ti y a mi sobrino.

—Estas exagerado...

—No, ¡Regreso en un momento! — dice mientras cierra la puerta del departamento con las llaves del auto en las manos y se va.

Me dejó aquí sola.

Necesito pensar que voy a hacer cuando sepa quién es el papá, el hombre del bar, o el del perfume embriagador.

Si es el del bar lo puedo localizar rápido, me acuerdo que me dio una tarjeta para si quería verlo nuevamente —algo que no paso ni pasará — nadmas tengo que encontrarla, o buscaré a un detective privado que lo busque, además aquella noche pago con su tarjeta de crédito el tiempo que estuvimos en el motel, eso ayudará, eso espero.

Y si es el hombre del perfume no sé cómo hare para encontrarlo, lo único que sé es que es uno de mis excompañeros de la preparatoria, a esa fiesta no asistieron nadie más más que excompañeros, entonces uno de ellos es el hombre que pase la noche, me acuerdo que algunos se fueron temprano, los esperaban en su casa, y los que se quedaron eran los solteros sin compromiso que bailaban y tomaban tranquilamente.

Él se quedó.

No, no puede ser, él está descartado de mi lista, Dareck Allen aunque fuera el último hombre en la tierra, no tendría nada con él.

Le pediré a Valeria que me dé una lista de los que asistieron.

Sería ridículo pero no tengo opción, tendré que pedirles que lleve el perfume que ocuparon aquella noche.

Es ridículo, pero si no hay otra opción tendré que hacerlo.

¿Cómo le contaré esto a mi familia?

Se volverán locos, mi mamá pondrá el grito en el cielo, ella ha soñado toda la vida con verme llegar al altar de blanco. Sería mi hermano quien me entregaría en el altar al que sería mi marido, el amor de mi vida, haría un fiesta por todo lo alto.

Invitaría a toda sus amigas del club, con todo y familia, yo detesto la idea, no me gusta socializar con personas que nada más asisten a competir los unos con los otros por quién tiene más dinero en su cuenta de banco, mi madre heredó una gran cantidad de dinero cuando murieron sus padres y todavía lleva el control de los hoteles, problemas económicos no hemos tenido jamás, mi hermano no se interesó y yo tampoco en el negocio hotelero, no nos obligó a hacernos cargo, nos dejó libres para elegir qué era lo que nos apasionaba, ella tiene muy buenos empleados que le facilitan el trabajo, mientras ella descansa un poco de todos los líos que conlleva estar a cargo de todo y yo he construido lo mío, no necesito de la fortuna de mi mamá, estoy haciendo la mía propia.

Jamás me ha gustado que mi vida se haga público y salir en las revistas ni chismes baratos que publican, mis abuelos lo hacían encantados, mi madre odia eso al igual que mi hermano y yo, así que mantenemos nuestra vida privada fuera del alcance social, pero eso no quita que mi mamá tenga amistades de la misma calle social de la cual yo huyo a no ser que sea profesional, he crecido toda mi vida renegando eso.

Pero estoy segura de que mi madre haría una fiesta para que el mundo entero se entere de que será abuela, mi hermano se negó a qué lo hiciera y consiguió hacerla cambiar de opinión, pero estoy segura de que conmigo se entercara. Y buscará la manera de casarme pero seré madre soltera a su pesar.

Ni modo, se tendrá que conformar con ser abuela sin yerno y sin boda, deseaba nietos de su hija pequeña, pues se cumplió su deseó.

—¡Ya regresé! — me sobresalto por el grito de Andy, un día me matará del susto, entra y cierra la puerta con una bolsita de plástico en la mano, la prueba de embarazo.

—Te estaba esperando. — se sienta a mi lado en el sofá y saca la prueba. Tengo nervios de lo que vaya a salir.

—Según tengo entendido de que tienes que poner un poquito de tu orina aquí — señala en palito — y esperar unos minutos y te dirá si es positivo cuántos tiempo tienes .

—¿Así de fácil?

—Sí, ahora ve y términos con esto de una vez por todas.

Me levanto del sofá y caminó hacia el baño.

Tengo demasiados nervios, no por saber si estoy embarazada, por sé que si lo estoy, si no que pronto sabré quién es el padre de mi bebé, no literalmente pero lo sabré.

Entro al baño y hago exactamente lo que dijo Andy, hago pis en el palito este y lo dejo en el lavabo, tengo que esperar tres minutos. Pongo el temporizador para darme cuenta de que se ha cumplido el tiempo.

—¿Ya? — Andy toca la puerta y pregunta.

—Sí, nada más tengo que esperar los tres minutos.

—¿Quieres que te acompañe?

—¡Claro que sí! — abro la puerta del baño y la abrazo — Quiero dormir y cuando despierte que todo haya sido un sueño.

—Tranquila, todo saldrá bien yo estaré contigo.

—Gracias...¿Cómo crees que lo tome mi mamá y Iván? No se cómo se los diré.

—No pienses en ello ahora, ay que concentrarnos en saber del papá y después pensamos en eso, todavía ay tiempo antes de que se note tu pancita.

Dentro de los siguientes meses mi pancita crecerá, un bebé crecerá en mí.

—Ay que llamar a Valeria y pedirle la lista de los que asistieron esa noche por si acaso. — no hay que perder el tiempo.

—Ya sabía que lo ocuparíamos, así que se la pedí en el camino, en un rato la mandará.

—Gracias otra vez, no sé qué haría sin ti.

—No tienes que agradecer, somos como hermanas y haría cualquier cosa por ti.

—Yo igual, no lo dudes jamás. — nos abrazamos y cuando termina el abrasó le hablo del trabajo — Mañana después de salir del restaurante, nos pondremos a investigar más, además Fabián regresa en dos días.

—¡Estás loca tu no vas a trabajar!

—¿Cómo qué no?

—En tu estado no puedes hacer mucho.

—¿En mi estado? Pero si no estoy invalida

—¡Pero si estás embarazada!

—Sí, pero el doctor no me prohibió trabajar.

—El no, pero yo sí, y no discutas más.

—Me niego, yo voy a ir a trabajar mañana.

—Que no.

—He dicho que si.

—No discutas Chloe Bailey o llamare a tu madre. — no sería capaz ¿Verdad?

—No lo harás.

—No me retes.

Y es sonido de que los tres minutos han pasado rompen nuestra pequeña discusión.

¡Dios, me dará un infarto!

—tómala y mira de una vez — me alienta — ¿Quieres que te ayude?

—No, quiero hacerlo yo.

Entonces la tomo y miro lo que dicen las pequeñas letritas.

Lo sabía, no sé si alegrarme o llorar, mi instinto tenía razón, fue esa noche.

—¿Qué dice? — pregunta Andy con clara intriga.







HOLAAAAA, PERDON EL RETRASO ¡PERO AQUI ESTA EL CAPITULO!

ESPERO LES GUSTE MUCHO.

SE IMAGINAN QUE EL BEBE SEA DEL HOMBRE DEL BAR Y QUE DARECK SE QUIERA HACER CARGO... SERIA EPICOO.

NO OLVIDEN VOTAR Y COMENTAR, ALEGRAN MI DIA.

LOS QUIEROOOO

ATT

ABBY


EL OLOR DE TU PERFUME ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora