Amarion

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Su vida era solo para Mortheon.

Gracias a su hermano, sobrevivió y luchó. Por su hermano y por su tierra.

Tomó el puesto que le había dejado su hermano mayor y trató de cuidar a Morte, la tierra que amaba y la gente que amaba.

Pero todo lo que recibió a cambio fueron palabras crueles.

Un hermano mayor que había sido enviado a la guerra por su hermano menor, y un hermano menor que mató descaradamente a su hermano mayor para tomar el asiento del Gran Duque.

Había vasallos que querían sacar provecho de tales rumores y los que simplemente se estaban divirtiendo.

Pero independientemente de sus intenciones, eran las personas a las que cuidaba y protegía.

'¿Por qué estoy haciendo esto?'

Un pensamiento oscuro que había sido reprimido durante mucho tiempo volvió a surgir.

Víctor se recostó lentamente en su silla.

Interrogó a sus caballeros.

—Si el hermano Theon estuviera aquí, ¿qué haría?

—... Hubiera llamado a los vasallos y tenido una conversación. Habría trabajado duro hasta que los rumores desaparecieran.

—Pero él no hará eso.

Carlz interrumpió a Leonard cuando estaba a punto de decir algo, como si supiera que no podrían detenerlo.

Víctor se quitó los guantes.

—Atrapa a Gillard y los vasallos. Los interrogaré yo mismo.

***

La plaza fluyó con sangre.

Víctor Morte hizo lo que mejor sabía hacer en el campo de batalla.

Debido a la crueldad insomne ​​del Gran Duque, los gritos no cesaron, ni siquiera al amanecer.

Los vasallos que difundieron los rumores afirmaron que recibieron la protección del cruel nuevo Gran Duque. Afirmaron que a cambio de su apoyo recibieron tierras o derechos mineros.

Ellos, sus familias y sus asistentes fueron todos ejecutados.

Lo mismo ocurría con los sirvientes del Gran Ducado.

Todos fueron interrogados y ejecutados, excepto los sirvientes que eran jóvenes o nunca conocieron a los vasallos. Las monedas de oro que recibieron los culpables a cambio de difundir rumores fueron quemadas, junto con sus cadáveres.

Cuando terminó el mes de la ejecución, todo Morte temblaba de miedo.

Muchos vasallos y sirvientes se fueron, y los que sobrevivieron estaban tan asustados que ni siquiera podían mirar a Víctor.

Él tampoco pudo.

Era bastante cruel por naturaleza, y no se arrepintió de haber matado por su hermano mayor y por aquellos que lo insultaron. Pero sufrió al ver a su pueblo aterrorizado por él. Morte, la tierra que él y su hermano amaban, sufría por su culpa, al igual que el Reino del Sur.

'¿Por qué pasó esto?'

El Gran Duque, reflexionando profundamente, llegó a una conclusión.

Tal vez fue porque no terminó su venganza correctamente. En ese momento, llegó una carta de la Capital.

La carta, sellada con la insignia del Emperador, estaba llena de retórica, pero su punto era claro.