Amarion

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La habitación de Amarion era la mejor de todas las de los caballeros. La habitación de al lado era para una sirvienta, y Mary insistió en que la utilizaría. Amarion tentó constantemente a su doncella, que la siguió para ayudarla a desvestirse.

—Mary, ¿estás cansada también? Vamos, lávate y descansa un poco.

—Pero señora...

—No me seguiste como sirviente, sino como sanador, ¿verdad? En la batalla, un sanador es mucho más valioso que un caballero.

Mary abrió mucho los ojos. Amarion sonrió mientras acariciaba el cabello de la niña.

—Creo que mañana estaré muy ocupada. No me siento bien... Así que vamos a recuperar fuerzas.

—... Está bien. ¿Podemos cenar juntos?

—Por supuesto.

Se pusieron ropa limpia y comieron pan y sopa juntos. No podían mantener muchas luces encendidas, así que tuvieron que depender de un par de velas pequeñas.

Su tema de conversación fue principalmente Sir Leonard.

Él y la joven Julianna estaban comprometidos para casarse por acuerdo, pero se llevaban tan bien que debutaron juntos. La historia de la joven que rezaba al espíritu de la montaña rocosa todos los días mientras Leonard estaba en el campo de batalla era muy popular. Morte era famoso por la historia de amor entre el caballero y la dama.

Amarion sonrió mientras escuchaba la voz balbuceante de la criada.

Fue una historia muy romántica que combinaba extrañamente bien con el franco Leonard.

Su comida terminó rápidamente.

Amarion y Mary regresaron a su habitación, se acostaron en la cama y Amarion sacó el segundo volumen de <Las aventuras del caballero errante Dordophin>. Quería terminarlo hoy. Sentía que hoy sería la última vez que tendría tiempo para relajarse así.

Ya estaba en el último capítulo. Flamberge le encomendó la tercera tarea al insensato caballero Dordophin, quien le trajo el veneno de la gorgona y una espada que podía cortar cualquier cosa.

—Mi caballero, ¿me concederás mi última petición?

—Lo que sea, mi señora. Incluso capturaría el sol para ti.

La bella Flamberge sonrió ampliamente mientras hablaba con una hermosa voz, como una flor.

—Por favor, ve a mi ciudad natal ahora mismo. Y mi padre... ¡por favor, mata al Gran Duque!

'¡¿Qué?!'

Amarion frunció el ceño.

Cualquiera que lo leyera sabía cuáles eran sus intenciones, entonces ¿por qué Dordophin cumplió todas sus peticiones?

Cuando vio a Dordophin en la ilustración con una expresión en blanco, su corazón se rompió aún más. La descripción de la crueldad de Flamberge estaba incluida en el primer volumen, pero ella continuó leyéndolo porque le gustaban las ilustraciones.

Amarion chasqueó la lengua y pasó la página.

El volumen 2 terminó con esto. En el reverso, solo se imprimieron las palabras

—¡Las aventuras del caballero errante Dordophin continúan en el volumen 3!

Angustiada, cerró el libro y lo guardó en su bolso.

Ella preferiría no mirarlo.

El último volumen está en casa, en el castillo. ¿Cuándo podré volver a leerlo?