Amarion

70

Víctor no dijo nada durante un largo rato. Era como si el mundo se hubiera quedado en silencio.

Amarion ni siquiera pudo molestarse en intervenir y, después de mirar el mapa durante un largo rato, comenzó la reunión.

La gente empezó a reunirse alrededor de la mesa. Después de confirmar que Víctor y sus caballeros habían llegado, finalmente abrió la boca.

—Perdón por llegar tarde. ¿Recibiste mi informe?

—Sí, mi señora.

—La situación fue explicada de manera general por Lady Julianna. ¿Puedo dejar la limpieza en manos del conde y Sir Ulán?

—No se preocupe, señora.

El conde respondió cortésmente.

Amarion se volvió hacia Sir Leonard.

—Tenemos que apresurarnos con la subyugación. Afortunadamente, como ahora tenemos un grupo grande, podemos hacer muchas cosas rápidamente.

—¿Tienes algo en mente?

—Los Caballeros seguirán limpiando el castillo y cazando Drakadas, y Víctor limpiará las llanuras y la base de la montaña. Yo limpiaré la cima.

—¿Qué? Pero...

Sir Raoul frunció el ceño y miró a Víctor. A juzgar por la conversación anterior, parecía que sabían por qué estaba allí Víctor. No ocultó que estaba preocupado por ella, incluso con su tono áspero.

Sin embargo, era peligroso poner a ambos líderes en una situación tan urgente.

Sorprendentemente, Víctor estuvo de acuerdo.

—Tiene razón. Para terminar la subyugación rápidamente, debemos actuar por separado. Marion conoce mejor la situación, por lo que es correcto que ella tome la cima de la montaña.

Víctor miró directamente a Amarion a los ojos. Al contrario de cómo miraba a los caballeros, su mirada era suave.

—Prométeme que me llamarás cuando sea peligroso.

—...

—No necesitarás mucha de mi ayuda, pero... Por eso vine aquí.

Amarion juntó las manos y respondió en voz baja.

—Lo prometo, Víctor.

Víctor asintió con la cabeza.

Había muchas preguntas que quería hacer, pero no había tiempo. Se concretaron los demás detalles y, en cuanto terminó la reunión, se disculpó.

***

Se movieron frenéticamente por un tiempo.

Mientras los monstruos atacaran el castillo, era imposible utilizar el método de limpiar el área poco a poco como antes.

El conde y lady Julianna tenían mucho talento, por lo que la recuperación de los daños fue rápida, pero había algunas personas que no tenían hogar y vivían de la comida que les proporcionaba el castillo. Sería devastador si los atacaran de nuevo.

Entonces Amarion subía a la montaña todos los días con Raoul o Leonard.

Grifos, quimeras y todo tipo de lobos corrieron hacia ellos.

La causa aún era desconocida, pero el flujo de monstruos era interminable. Los dientes de las quimeras eran tan abundantes que no era necesario llevar espadas.

Víctor también parecía estar lidiando con los monstruos de las llanuras a una velocidad tremenda. Se enteró de Víctor a través de historias y chismes.