Capítulo 53

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Erika

—Entiendo el viaje y lo demás, pero no comprendo cómo es que lo está organizando Cristian con el nacimiento de su bebé tan cerca. —le digo a mi esposo mientras bebo el café de mi tasa.

El sopla su bebida y también toma un poco dejando luego su taza en su escritorio. Me llamó después de almorzar y por eso vine a su oficina.

—Tengo entendido que está programado para inicios de abril, para entonces su hijo ya puede viajar con ciertas medidas, pero eso lo resuelven ellos, solo te aviso porque pase lo que pase no podemos faltar, desventajas de ser los dueños.

—¿En qué lugar será? ¿Cuántos días?

—Santorini, en la playa privada de los Foster, todos los inversionistas irán con sus esposas y será bastante tranquilo, un fin de semana para perder el tiempo.

—Bien, le pediré a Carina que lo agregue en la agenda desde ya, ¿algo más?

El asiente y me explica todo el teatro que tendremos que montar en eventos públicos en este mes para poder limpiar su imagen después de su estupidez en el burdel. A mí no me molesta la socialización, pero a él sí y eso significa tener que lidiar con su cara de amargado durante un tiempo.

—Estás de suerte, empecé a dar donaciones a orfanatos del país, podemos ir a visitarlos y de esta forma nos saltamos los eventos con adultos millonarios y mejor nos rodeamos con dulces huérfanos haciendo obras de caridad ¿Quién podría pensar que eres un desalmado esposo y ser humano si te ven haciendo algo así? —digo lo último con sonrisa ladina elevando mis cejas para que recuerde que esto es por su culpa.

—Perfecto, entonces puedes encargarte de eso. —bosteza.

Le comunico a mi asistente al salir el nuevo evento programado y también nos ponemos a la tarea de agendar en los lugares a los que mis donaciones se estan dirigiendo las visitas para las siguientes semanas en las cuales también se llamará a la prensa para que se vean las mejoras que se harán en los lugares y que se tenga conocimiento público de para que se usará mi dinero.

A los tres días tenemos la primera visita en el orfelinato con menos calidad en la capital. Yo voy más que feliz a realizar esta tarea porque es algo que me nace, es algo que no me molesta en lo absoluto porque pese a cualquier cosa que haya ocurrido en esos lugares, fueron el único hogar que conocí y en cuyos lugares me formé para ser quien soy ahora.

Recibo el mensaje de Carina confirmándome que ya se encuentra en el lugar organizando a los reporteros que ya están esperando nuestra llegada junto a los que dirigen el lugar. Yo me peino con mi cepillo mirándome por última vez al espejo y en el reflejo veo a Esteban con cara de aburrimiento recostado contra el borde de la puerta de la habitación.

—Cuando lleguemos allá más te vale cambiar esa cara o sino esto será más contraproducente que el quedarnos sin hacer nada. —le advierto girándome.

Él mueve la boca con incomodidad.

—Eso es lógico, no te preocupes que fingir una cara amigable en público es algo nato en mí.

—En estas visitas no solo tienes que fingir para las cámaras, sino también con los niños a los que veremos. Recuerda que a nadie le gustaría que un extraño los vea con aburrimiento, como si estuviese ahí obligado, créeme que me consta que esos pequeños que están en esos lugares han tenido que lidiar con bastante rechazo en la vida como para que nosotros también no sumemos a eso. —le explico para que no se olvide de intentar ser una persona empática.

Esteban se queda viéndome de arriba abajo, pero no con una mirada lasciva sino como si estuviese pensando algo mientras me analiza.

—¿Qué pasa? ¿tengo algo raro? —le pregunto sonriendo, moviendo mi mano para que reaccione.

ATADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora