Capítulo 46

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Erika

Me visto rápido dejando una nota para Esteban y que no se espante cuando no me encuentre al despertar. Visto con una sudadera y tomo mi auto dándome prisa en llegar al departamento de Daisy seguida por mis escoltas.

Cuando consigo llegar me bajo con afán, como si una bomba estuviese a punto de estallar y yo hullera de la detonación que inevitablemente me alcanzará. Subo en el elevador y cuando estoy por tocar el timbre la puerta se abre con un brazo arrastrándome hacia el interior.

-Más te vale que sea realmente un S.O.S, Erika ¡ni siquiera está completamente de día aún! -se abraza así misma para luchar contar el frio. Ella se sienta en el sofá de su sala y yo hago igual posándome en frente.

-Suéltalo ya.

-Necesito un diagnóstico.

-¿Qué? ¿me viste cara de doctora?

-Tu confía en mí -le digo jugando ansiosa con mis dedos- te diré unos síntomas y tú me dirás que crees que es con toda sinceridad, no te guardes nada.

No quiero sacar conclusiones apresuradas por lo que no creeré que es lo que pienso sin que otra persona que no tenga la percepción de la realidad alterada me lo diga en la cara.

-Bueno, cuéntame los síntomas. -dice con pereza frotándose los ojos para concentrarse y quitar todo rastro de sueño.

Carraspeo ansiosa antes de empezar.

-Sudoración excesiva con cada acercamiento, palpitaciones fuertes y rápidas en el pecho, sonrojos involuntarios al cruzar miradas, trabarse al hablar, risa nerviosa por cualquier idiotez, ensoñación excesiva con un futuro improbable con el sujeto en cuestión, identificarse con canciones románticas, no poder tener sexo como antes sin estar pensando en que no puedo entregarme sin estar segura de que también sea correspondida. - digo toda la lista rápidamente esperando que entienda cada palabra que suelto sin mirarla.

El silencio toma el lugar y cuando poso mi vista en mi amiga nuevamente en su rostro no queda ni rastro de somnolencia, ella parpadea lento y marcado mirando mi cara sin poder creer lo que le acabo de soltar.

-Se que es casi improbable, pero por favor dime que estos son síntomas de una amiga cercana y no tuyos. -se acerca a mi tomando mis manos temblorosas.

Yo niego con la cabeza con más terror por lo que siento al ver su reacción.

-¡Puta madre! Erika, te lo advertí ¿no? Yo si veía que le dabas demasiadas atenciones y no ponías limites y mira lo que sucedió -se levanta pasando sus manos por su cabello - ¡estas completamente enamorada!

-¿Segura? Puede que esté confundida y solo necesite tiempo. -mantengo la esperanza de esa opción.

-No, estoy segura y sumado a lo que vi en el viaje todo encaja. Estas tremendamente enamorada de ese hombre y no sería un problema si no te conociera sabiendo que esto va a afectar todo a partir de ahora.

Se va a la cocina para servir un poco de café que me trae en una taza.

-Y ¿Qué pasaría si el siente lo mismo por mí? -pregunto con los ojos cristalizados.

Voltea abruptamente la cabeza hacia mi y vuelve a asentarse tomando mis manos.

-Tu vives con él, tu dime ¿crees que exista esa posibilidad? Piénsalo bien.

Recuerdo cada beso y caricia tan dulces de los últimos dos meses, cada palabra y gesto de protección e incluso celos hacia mi ¿es posible fingir todo eso?

-Si, creo que la posibilidad es grande.

-¿Qué hay de los hijos? ¿serías capas de renunciar a ese sueño definitivamente por él? Porque el dejó en claro su postura desde un inicio y dudo que cambie de un momento para el otro.

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