Narrador omnisciente
Al día siguiente se despierta cada uno de los esposos Harrison en cuartos separados, uno con esperanzas de que todo haya sido tan solo una pesadilla y la otra con decisiones tomadas y un corazón que tuvo que reparar con lágrimas como pegamento toda la noche.
La primera en salir es Erika quien toma una ducha rápida en el baño del pasillo arreglando el desastre que quedó de su cara hinchada la cuál no piensa dar el gusto de ver a su marido. Por otro lado, Esteban no intenta tapar las ojeras que decoran su rostro bajo sus ojos, solamente las ignora y toma un baño caliente preocupado por si su esposa se dignó a comer el día anterior.
Erika sale del baño ya más presentable y baja a hacerse su desayuno, pues tal como sospechaba su conyugue, no probó bocado desde el desayuno del día anterior. No se toma la molestia de hacer la comida de su compañero de casa y solo sale por la puerta sin avisar a nadie para ir a visitar a su amiga Celia la cuál tiene un control en el médico y Erika la acompañará ignorando su ansiedad por ir estar dentro de hospitales y todo lo relacionado con médicos.
Cuando Esteban sale de su habitación ve la bandeja intacta, pero se tranquiliza al notar que ya alguien usó la cocina antes que él recientemente dándole la seguridad de que su compañera se alimentó, sin embargo, le decepciona no encontrar ni un mísero pan o huevo para él como está acostumbrado y mucho menos una de las cartas que le suele dejar informándole de a dónde se fue.
<<Es temporal, hay que darle espacio y volverá a ser la misma en poco tiempo>>
El hombre lava los trastes preguntándose a dónde pudo haber ido Erika, pero no puede llamarla para consultar por obvias razones.
Erika mientras tanto mira con anhelo la pantalla del monitor fetal en donde aparece la bebé de su amiga, quien con emoción graba la escena estando acostada en la camilla. Para la señora Harrison siempre fue un sueño tener hijos dentro de su matrimonio idealizado, fue un sueño que intentó sepultar y conformarse con lo que ganó para no estropear lo que ya consiguió, pero al ver el panorama de la morena ilusionada ya no está muy segura de poder continuar fingiendo que no le duele el tener que renunciar a sus deseos más profundos, sobre todo por un hombre que niega sentir el mismo amor que ella con valentía le confesó.
—Ya puede levantarse, señora Foster. —dice la ginecóloga a Celia.
Celia se incorpora limpiándose el gel de su vientre con un papel desechable que le ofrece la doctora para luego bajarse de la camilla con ayuda de Erika. La doctora les informa que todo está perfecto y les confirma que el parto sigue siendo calculado para las ultimas semanas de febrero, luego le entrega varias impresiones del ultrasonido a la futura madre.
—Una para la tía y estas para mí y Cristian. —dice la morena entregándole una de las imágenes a Erika y guardando las demás en su bolso.
—Que dulce de tu parte, Celia. Me encanta acompañarte en este proceso, serás una mamá encantadora. —dice con honestidad a su amiga.
—¿Quieres otra para Esteban? Tengo más.
—No, tranquila, con esta es suficiente para ambos. —rechaza sutilmente.
<<No vaya a ser que se espante al ver un bebé como ayer con la sola imaginación de que yo estuviese embarazada>> Piensa Erika con molestia dentro de ella.
Al anochecer llega Erika a su casa pasando de largo a un ansioso Esteban sentado en el sillón de la sala, el cual la esperó todo el día para ver cómo estaba y para comprobar si ya se le había pasado el arranque del día anterior. Lo que no se esperaba era la tremenda indiferencia con la que tendría que lidiar a partir de ese día.

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ATADOS
Romance¿Te atreverías a casarte con una completa desconocida? Erika, huérfana e independiente. Una chica que ha vivido toda su vida persiguiendo algo que realmente nunca ha conocido... la felicidad, el amor y el calor de un hogar. Soñadora y observadora de...