Capítulo 15

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Erika

Son las siete en punto en el reloj cuando llegamos a un restaurante bastante fino, más de lo que estoy acostumbrada. Bueno, realmente no es como que me alcance para ir a un restaurante estándar a menos que sea una o dos veces al año, por lo que admito que me intimida un poco el lugar.

Esteban se baja del auto recién estacionado en el parking del restaurante y me abre la puerta para que me baje.

- No salgo mucho, pero recordé este restaurante que es de los más sencillos para que podamos estar cómodos con la ropa que llevamos – me dice mientras tomo su mano para bajar y cierra la puerta.

Espera ¿esto para el es sencillo? Literalmente el lugar irradia finura y dinero por donde lo mires, lo máximo que me podría anhelar para acceder a este tipo de sitios sería como mesera y con suerte si me eligen.

Caminamos a la entrada tomados de la mano, gesto al cual ya me acostumbré, y nos recibe un hombre muy bien vestido y con un listado en su mano.

Nos sonríe amablemente.

- ¡Buenas noches! ¿tienen reservación? – espera la respuesta empezando a mover su listado esperando nuestros nombres y buscarlos ahí.

- Buenas noches, no tenemos reservación.

- No hay problema, caballero. Inmediatamente revisaremos si hay disponibilidad de mesas ¿son solo dos? – pregunta el hombre y Esteban asiente.

- Me dan sus nombre y apellidos para avisarles y que pasen a su mesa, por favor-

- Erika y Esteban Harrison – responde Esteban y el hombre anota – o simplemente, los esposos Harrison.

El hombre parece detenerse un segundo en su escritura mostrando un atisbo de sorpresa cuando ve el apellido, pero continua en su labor y nos pide esperar unos cinco minutos en lo que busca un lugar. Se retira para hablar con otros meseros dejándonos en lo que puedo decir que es la recepción.

Alcanzo a ver a dentro algunas personas en sus mesas y sus vestimentas, me relajo un poco al ver que no es nada del otro mundo y que no estoy mal vestida para la ocasión. Las luces del lugar son cálidas y el piso es de tapete muy limpio y le da un toque de elegancia que me parece bello.

Esteban sigue a mi lado mirando su celular con su gesto serio o duro, no es fácil de descifrar, pero tengo la certeza de que no es mala persona, es un buen sujeto y le debo mucho, no me alcanzará la vida para pagarle todos los lujos que estoy viviendo por medio de él.

Regresa el hombre que nos recibió un poco agitado y sonriente.

- Su mesa está lista, pasen y sigan a Cristian, su mesero que los atenderá en esta noche.

- Gracias – le respondo y Esteban le asiente en forma de agradecimiento también.

- Síganme, por favor. – nos dice Cristian.

Lo seguimos y al entrar puedo detallar más lo bonito que es todo por dentro, con cristal por donde mires y muchos vinos, ventanales grandes que permiten ver la noche estrellada. El mesero toma un camino hacia una segunda planta que no había notado que tenía el lugar.

Al subir las escaleras quedo estupefacta con lo grande y hermoso del lugar, tiene mesas con una distancia considerable la una de la otra y cada mesa esta rodeada por un elegante vidrio o cristal que lo recubre dando un ambiente de privacidad único.

- Aquí está su mesa, en la zona preferencial para los esposos Harrison – nos señala la mesa con una sonrisa e ingresamos a la zona indicada. El mesero me abre lugar con la silla para que me siente y le agradezco mientras Esteban observa mis movimientos en frente al mismo tiempo que toma asiento de igual forma que yo.

ATADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora