Capítulo 9

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Esteban

Cierro la puerta de su habitación y camino con fastidio por el corredor para llegar a mi recamara nuevamente. Me cambio y lavo mis dientes en el baño privado mientras intento quitar la sensación que me molesta en el pecho y que por tanto tiempo he evadido, todo por haber sacado esa ropa vieja.

Escupo la crema dental con rabia hacia mí mismo y termino todo antes de apagar las luces y entrar en mí siempre solitaria cama con la oscuridad cubriendo cada esquina de mi cuarto. Se ha ido toda pisca de sueño que tenía minutos antes, todo por la horrible sensación de nostalgia que me trajo aquella ropa de mi madre que le presté a Erika. Odio admitir que aún me afecta, después de tantos años en los que he mantenido cualquier recuerdo a raya fueron en vano según veo, ya que logró desestabilizarme, solo me cambio de lugar en mi cama sin encontrar una posición cómoda para dormir.

- Maldición... - cierro los ojos fuertemente procurando obligar al sueño a venir a mí. Si será así la noche, entonces debería enfocar mi mente en lo que le diré mañana a Erika.

Pienso mientras rasco mi cabeza con ambas manos, solo veo una salida que me puede beneficiar a mí de igual forma que a ella, ya que ella tendría protección y yo me quitaría un peso de encima ¿será en serio tan sencillo como mi mente lo plantea? No lo creo, este plan debe tener dificultades técnicas, como el si ella se niega o si estoy cometiendo un error al percibir que tipo de persona es en menos de veinticuatro horas, pero al menos si sale como lo planeo, esta será una decisión únicamente mía, no podrán tomar el control de mi vida ahora ni nunca. Y claro, estaría ayudando a la pobre chica, lo que admito que en mi fantasía de el plan perfecto quedó un poco relevado por la ilusión de éxito.

Observo el reloj luego de estar un tiempo maquinando en mis pensamientos lo que le diré a Erika al despertar, veo que son las tres de la mañana y finalmente siento los ojos pesados acompañados de una sensación de hambre... espera ¿HAMBRE? Me sobresalto con culpa al notar que mandé a mi invitada a dormir sin cenar en la primera noche de este posible plan... creo que con esto aumenta las posibilidades de que se niegue a mi propuesta. Me doy un golpe en mi frente por ser un idiota despistado.

Me volteo en la cama haciéndome rollito y me pongo como recordatorio mental compensar mi descortesía en la mañana, para finalmente perder la conciencia sobre mi almohada por el cansancio.

Erika

Abro lentamente mis ojos disfrutando de la fina tela que cubre mi cuerpo, mi pijama corta y el frio no suelen dejarme disfrutar la noche con pocas cobijas, por lo que esta experiencia de dormir con telas tan delgadas pero cómodas ha sido inolvidable. Mi cuerpo anhela quedarse todo el día en este cómodo colchón, pero rápidamente vuelve la rigidez a mi al recordar que me queda un día para resolver mi situación, por lo que me levanto rápido saliendo de la habitación, corro en silencio a la ducha del baño del pasillo con la ropa prestada por Esteban e ingreso a darme una ducha como nunca antes, hasta el baño es diferente aquí, es tan cómodo y caliente, todavía es temprano, apenas son las seis y treinta de la mañana, por lo que evito hacer ruido y me limito a disfrutar un poco más de tiempo de lo usual este baño. Es grande, con buena iluminación, tiene tina, bañera común, y ambas tienen puerta de vidrio acompañada de una cortina blanca que le da un toque de privacidad y elegancia.

Termino de asearme y me levanto de la tina saliendo para tomar una toalla, cayendo en cuenta de que no se donde hay en esta casa o si había en mi habitación y no lo noté, solo empiezo a buscar por todo el baño y ver si encuentro algo con lo que me pueda secar, esto mientras mi cuerpo desnudo gotea agua por todo el suelo.

Después de unos siete minutos, me resigno a secarme con la toalla de las manos que encontré al lado del lavamanos. Sirvió, eso es lo importante, incluso sirvió para secar el piso que empapé, pero sería bueno darle una lavada para que el dueño no vea la única pieza que evidencia mi crimen. Me rio con mis propios pensamientos.

ATADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora