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Nova, Nevaeh, Meissa, Zoya, Nadia y Elio se encontraban en un salón a puerta cerrada para discutir su siguiente movimiento.
—Entonces el plan es ganar aliados — concluyó Zoya.
Nova asintió.
—Tenemos a la mitad del primer ejército de nuestro lado ahora que se corrió la voz de que estoy viva, parece ser que muchos amaban a mi madre, nada nuevo, y desean terminar con el reinado del terror de los Lanstov, al menos de que Nikolai decida ser Rey — suspiró —. Así que cada uno tendrá una tarea, Nadia y Zoya ustedes se encargarán de entrenar a los grisha que deseen pelear, tanto en combate físico como su ciencia. Meissa y Nevaeh llevarán a un grupo con ustedes para rescatar a grishas que lo necesiten.
Elio carraspeó.
—¿Y yo que su alteza?
Nova lo miró seria por el tono que empleó al decir "su alteza", uno lleno de sarcasmo.
—No estorbes.
Los demás querían reir por esto, la expresión del chico no tenía precio.
El rubio estaba fastidiado e incrédulo ante la chica.
—Como ordene su Alteza, ¿qué hará usted? ¿Sentarse y observar?
—Iré por el amplificador del gato negro — respondió con una sonrisa.
Todos hicieron sonidos de sorpresa.
—¿Estás loca? Esa cosa casi te mata — exclamaron Zoya y Nevaeh al unísono.
Nova resopló.
—Tenía 7 años cuando pasó, además casi lo mató primero.
—¿Ya te habías enfrentado a esa cosa antes?— preguntó Elio.
—Sip, y casi lo logró.
—¿Qué te impidió lograrlo por completo?— preguntó Meissa.
—Ya lo dijeron Nevaeh y Zoya, el casi me mata — se relamió los labios —. Me distraje por el gritó de mi madre — parte de la historia era verdad.
—Bien, pero si vas él te acompañará — señalo Nevaeh al rubio.
Nova negó.
—Estaré bien por mi cuenta.
Elio estaba a punto de negarse a acompañarla, pero sabía que la haría enojar más.
