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Kaz había leído el libro por completo, pero no encontró nada que le fuera útil. Lo que si notó fue que unas páginas habían sido arrancadas, ¿puede que la información que busca estaba en esas hojas? Él sospechaba que así era.
¿Podría ser que estuviera viva? ¿Qué lo que veía no eran ilusiones? ¿O su fantasma? ¿Y si en realidad usaba la proyección para que él pudiera verla? Pero descartó esa última idea en cuanto llegó. Siempre que hacía eso quedaba cansada, y en caso de que estuviera viva creía que ahora mismo estaría débil para hacer eso. ¿O no?
Tenía que encontrar esas hojas perdidas, y sabía donde podía encontrar un ejemplar completo.
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Después del incidente con el vómito, Nova les contó a detalle lo que pasó con la secuaz de Pekka y su vida en Ketterdam, incluso conto sobre el plan de la Invocadora y lo que había pasado hasta ahora. Lo único que omitió fueron sus sentimientos hacia el lisiado.
—Estoy segura que me seguio desde Ketterdam además ya no es un secreto, al menos no aquí, de que estoy viva.— aseguró la pelinegra.
—¿Por qué quería matarte si le ordenaron llevarte de regreso?— cuestinó la castaña.
Nova suspiró —Es una maniaca, disfrutaba de matar a personas que son conocidas en el Barril. Era su forma de demostrar que era poderosa.— además de su historia con Kaz, pero prefirió dejarlo así sin querer entrar en más detalles.
Elio tenía sus dudas, pero decidió reservarlas.
—¿Cómo supo de tu identidad si en Ketterdam usabas otra?— preguntó Meissa.
