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Nova se preguntaba el ¿porqué Kaz Brekker la querría cerca de él? Era cierto que ya no se alejaba como antes, pero igual le parecía raro, creía que últimamente Kaz no era Kaz, no del todo al menos.
—Creo que sería mejor si acompañara a Jes, puedo evitar que apueste el dinero.
Kaz apretó la mandíbula por el apodo hacia el pistolero.
—¿Dónde estabas cuando teníamos que llegar al puerto?
Nova suspiró.
—No es de tu incumbencia — se adelantó unos pasos para caminar frente a él, no podía decirle la verdad, no ahora.
Kaz la observó, sorprendido de que ella no contestará a su pregunta, sus sospechas hacia ella aumentaron con esto.
Llegaron a una pequeña granja, Nova corrió hasta el lugar para acariciar a los animales.
—Buenas tardes preciosa, ¿deseas algún animal en específico?— le preguntó un chico de unos 18 años con una sonrisa coqueta.
Nova frunció el ceño por su osadía, además se sentía demasiado incómoda por la sonrisa del chico.
—Amm si, quiero una cabra — definitivamente el "preciosa" sonaba mejor de los labios de su corsario coqueto.
El jóven abrió la puerta del corral y la dirigió a un lugar lleno de cabras.
—Bueno, elige la que quieras.
Nova observo a cada cabra, se agachó para levantar una de color blanco con manchas negras, la sujetó entre sus brazos. De repente sintió como una mano tomaba su glúteo izquierdo, se sorprendió en un principio, pero la ira lo remplazó por completo.
Se levantó con la cabra en brazos dirigiendo una sonrisa coqueta a la rata sucia frente a ella.
—Muchas gracias por la ayuda — su voz sonando lo más melosa posible.
Acercó su rostro al suyo, la rata maldita sin saber del plan de la chica cerró sus ojos esperando un beso, en su lugar sintió un corte en su mano.
Al dirigir su vista a su está, notó que esta estaba tirada en el suelo, la sangre salió a montones.
—¿¡Estás loca!?
Nova sonrió burlona.
—Si, lo estoy — dandolé una patada en la entre pierna —. En tu lugar iría a que revisen eso, sería horrendo que se infectara y murieras — cada palabra desbordando sarcasmo. —. ¡Ah! Casi lo olvido, no vuelvas a faltarle el respeto a una mujer — le guiño un ojo antes de irse hacia un Kaz atónito.
