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Kaz estaba en el suelo siendo golpeado por Pekka.
En un momento miró hacia arriba, encontrandose con la persona que más deseaba ver escondida entre la gente vestida del diablillo (un personaje de la Komedie Brute) con su túnica gris y la máscara de cuernos característica del personaje. Pasaba desapercibida excepto para él que conocía aquellos ojos azules como el cielo. Sonrió para sus adentros, ella estaba viva.
La alarma que empezó a sonar por todo el Barril alertando sobre la viruela de fuego provocando que Kaz apartará la vista de la pecosa mientras por su mente pasaban recuerdos de su pasado. De cuando Nevaeh lo ayudaba con Jordie ya que él también empezaba a enfermar, de lo mucho que extrañaba a la pecosa y esperaba que ella llegará a cuidarlo y deseaba que todo eso fuera un mal sueño.
La mencionada solo veía a Kaz tirado en el suelo, quería ir y ayudarlo, pero no podía, esto era algo que Kaz tenía que hacer solo. Así que se limitó a observar por si algo salía mal.
Kaz se levantó con algo de dificultad sujetando un costado de su cuerpo mientras respiraba algo agitado —Habrá brotes en todos tus establecimientos, solo los tuyos.— comentó con voz agitada —El medio de contagio es muy claro. Un barco de tu puerto diseminó la enfermedad por tus clubes.—
Pekka se acercó a él lentamente de forma amenazante —¿Qué fue lo que hiciste muchacho?—
Kaz miró discretamente a Nova, la cual le sonrió, el Bastardo sintió como un pedazo de su alma regresaba a él. —No hay nada que una nación insular tema más.— su mirada se centro en el hombre mayor —El Consejo mercante querrá hacer una investigación.—
Pekka hizo un sonido de confirmación mientras cargaba su pistola —Tienes mi atención.— centró su mirada en el Bastardo frente a él —Pero no vales el tiempo que me tomará meterte una bala en la cabeza.—
Nova hizo el amago de acercarse, pero se detuvo de inmediato. Se repitió a si misma como un mantra que esto era entre Kaz y ese intento de Rey y debía dejar que el lisiado lo hiciera a su manera, no importa cuanto desee intervenir.
—El quinto puerto está cerrado. Tus negocios contaminados.—
—Mis negocios estarán bien.— Pekka apuntó al lisiado con su arma —Pero tú...—
—Reconsidera lo que harás.— le dedicó una mirada a la pecosa esperando que no reaccionrá mal ante lo que diría —Si quieres volver a ver a tu príncipe Kaelish.—
