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—Estoy a nada de conseguirlo.— su vista estaba en el cielo estrellado.
La pequeña niña se incorporó del frío suelo para ver mejor a su querido amigo —¿Enserió? Eso es grandioso Kaz.—
El mencionado copió la accion de la pecosa para verla a los ojos —Me gustaria que estuvieras aquí para verlo.—
–Estoy aquí Kaz.— la niña señaló al corazón de su pequeño amigo —Siempre que me guardes y recuerdes en tu corazón no te dejaré.—
—Dijiste que estarias conmigo como un fantasma al morir, pero no fue así. Al menos no siempre.—
—Yo... quise hacerlo pero tú traición me dolió y ver que lo hacías de nuevo...—
—Entiendo Synn, yo... solo esperaría que algún día me perdones.—
—Te veo Kaz.— le tendió su dedo meñique.
—Te veo Synn.— entrelazó sus meñiques.
—Aunque no me veas, siempre estoy cuidandote pequeño idiota.—
El niño sonrió. Todo parecía más fácil cuando eran niños.
Tanto Nova como Kaz despertaron de su sueño. Era la tercera vez que ambos soñaban con el otro y se sentía real.
¿Qué les pasaba? Se preguntaban ambos confundidos.
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Nova jugaba con la comida sin ganas de probar bocado. El sueño con Kaz la dejo pensando todo el día. ¿Debería volver a Ketterdam ahora? Después de todo ya no es necesaria en Ravka y las miradas que recibía la ponían demasiado incómoda. Pero tampoco quería ser una cobarde y huir. Resopló frustrada llamando la atención de Zoya y Nevaeh.
