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—Sabía que ella estaría con vida.—
Nova sonrió al escuchar su voz sintiendo una calidez llenarla —¿Cómo me encontraste?—
—Fue fácil a decir verdad, solo tuve que preguntarme a mi mismo, ¿con quién desearía estar Nova ahora mismo?— Kaz se acercó un poco más a ella queriendo sentir la cálidez que ella transmitía
La pecosa volteó para fijar su vista en esos ojos marrones que le fascinaban en los cuales podía ver su reflejo en ellos debido a lo brillosos que estos se encontraban —Eres bueno.—
El lisiado sonrió un poco mientras se encogía de hombros —Suelen decirmelo.— su comentario provocó una pequeña risa en la ojiazul, esto calentó su alma.
Nova pusó sus manos detrás de su espalda para poder cubrirlas, acción que no pasó desapercibida para el lisiado, Jesper tenia razón, algo no andaba bien.
—¿No fuiste al "funeral" no funeral de... Kirigan?—
—No era de mi interés verlo, y no tienes que decirle Kirigan en mi presencia, puedes llamarlo padre, después de todo lo era para ti.—
Nova sintió su alma calentarse por aquello, pues no estaba segura si llamarlo padre sería algo bien visto después de todo lo que pasó, pero el poder hacerlo en presencia de Kaz la aliviaba. —Gracias.—
Ambos se quedaron en un silencio ensordecesor, animándolos a decir todo aquello que necesitaban soltar.
—Nova...—
—Kaz...—
Nova soltó una pequeña carcajada mientras Kaz solo sonreía a medias.
—¿Piedra, papel o tijera para ver quien habla primero?— preguntó con cierto entusiasmo la pecosa, quien en ese momento parecía olvidar todo lo malo.
Manos sucias odiaba jugar aquello, le parecía algo infantil, pero al ver el brillo en los ojos de la pecosa no pudo negarse. —Bien, pero solo una.—
La Invocadora sonrió mientras asentía. —Piedra, papel o tijera.—
Ambos mostraron sus manos, uno con piedra y otro con tijeras.
Nova saltó feliz mientras mostraba su puño cerrado al aire. —Gane, gane, gane.—
El lisiado sonrió al verla feliz y olvidarse al menos por un momento de todo, ¿podría él hacer eso todos los días a su lado? ¿Aún si no podia tocarla? Él creía que no.
—Bien, como yo gané hablaré primero.— respiró para llenar de aire sus pulmones preparándose para soltar todo aquello que llevaba guardando desde hace un tiempo —Yo... Kaz cuando me traicionaste realmente me heriste, me lastimaste tanto que me sentía fatal conmigo misma por que a pesar de todo yo... yo seguí amándote. Y aquello solo me hacía sentir la peor basura del mundo. Cuando volví a verte y me dijiste que todo lo que habías hecho solo fue para pagar tu deuda me sentí terrible de nuevo, por que no importa si yo te amo tú jamás podrías hacerlo, y que mis sueños solo eran eso, sueños. La realidad era que tú no sentías lo mismo que yo, y no importa las miradas que nos dabamos, o los gestos que tuvieras hacia mi en este tiempo, no podía dejarme guiar por eso de nuevo, no cuando la primera vez que lo hice resultó ser toda una artimaña tuya.— se acercó lentamente a él con el temor de que se alejará, pero Kaz no lo hizo. Al estar más cerca notó ese brillo especial en su mirada, pero no podía confiar en eso de nuevo —Si me dices ahora que... que tú correspondes a mis sentimientos, que esta vez es real entonces yo... yo puedo perdonarte aunque no te disculpes, puedo confiar nuevamente en ti, puedo... puedo quedarme a tú lado, pero necesito que lo digas, necesito que solo digas esas dos palabras.—
