Capítulo 17

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—Debes levantarte, Paris. No puedes seguir en cama.

—Por supuesto que puedo y lo haré. —respondo con las sábanas cubriéndome hasta la cabeza.

—Levántate, Paris.

—Que no.

—Que sí, ¿qué dirá tu mamá si te ve así? Me dijo que le prometiste que hoy no estarías en cama.

—Por suerte no está para decirme algo.—respondo, sintiéndome agradecida que mamá esté trabajando esta semana en el día y no en la noche.

Escucho a Aby suspirar con fuerza, claramente estresada, sin embargo no hace nada para sacarme de mi escondite hecho de cobijas.

Tres días han pasado luego de ese caótico día en Cancún, el cual así como se convirtió en uno de los más felices de mi vida, también se convirtió en uno de los más tristes. Días en los que luego de que me encontrara a Sarah en la playa preocupada, lista para darme el abrazo más reconfortante del mundo, me llevara a mi habitación, en la cual me encerré y no salí hasta la mañana siguiente, cuando Clarise llamó a mi puerta para llevarme al aeropuerto y subirme a un avión para regresar a mi casa, logrando llegar a mi destino sin ningún inconveniente o persona dispuesta a parar mis vuelos para impedir que me fuera.

Cuando arribe a California, lo primero que hice fue mandarle un enorme y aburrido mensaje a Jayden en el cual me disculpaba por haber malinterpretado la situación y le agradecí por los maravillosos días que me hizo pasar a su lado. Luego de eso, simplemente tomé un autobús a Malibú, dolida, entristecida y desesperada por llegar a la calidez de mi casa.

—¿Al menos puedes contarme qué fue lo que pasó para que no quieras salir de la cama?

Cayendo ante sus insistencias y sintiéndome mal porque Aby está aquí desde el día en que le informé que estaba de regreso en Malibú, persistiendo para que hablara con ella, me descubro la mitad de cuerpo y me siento en la cama.

Sus ojos se abren en sorpresa y me mira con preocupación.

—¿Qué te pasó? ¿Estás bien?

—No. —suelto, sintiendo mis ojos arder.

Algo que tal vez olvidé mencionar es que desde que me encontré con Sarah en la playa, un día antes de marcharme, no he podido detener mis lágrimas cada vez que el recuerdo de Jayden diciéndome esas cosas llega a mi mente —que es casi todo el tiempo—, así que seguramente para el día de hoy, mis ojos ya están rojos e hinchados.

—¿Qué fue lo que te pasó, Iris?—se desliza más cerca de mí y toma mis manos entre las suyas, acariciándolas—. ¿No estaba yendo bien?

—Si.

—¿Entonces qué ocurrió? Porque hasta donde me quede, estabas haciendo compras con Sarah Williams y todo parecía ir de maravilla.

—Todo iba de maravilla —afirmo—, pero entonces antes Jayden se enojo conmigo pero luego se disculpó y fuimos a una fiesta los tres en donde Jayden me besó y después me dijo cosas hirientes luego de que me había pedido perdón por otra cosa y Sarah me encontró en la playa y...

—Paris, Paris —lleva sus manos a mis hombros, interrumpiendo mi rápida explicación—. Relájate. Inhala, exhala y cuéntame las cosas bien, que no estoy entendiendo nada.

—Si, lo siento.

—No te disculpes, amiga. Solo inhala —tomo aire al tiempo en que me da la orden— y exhala —suelto el aire por mis labios—. Bien, ahora explícame correctamente qué fue lo que pasó.

Asiento con la cabeza y tomo otra respiración antes de empezar.

—Es que ese día, antes de que te dijera que Sarah y yo andábamos de compras, Jayden se enojó conmigo.

Enamorada de una super estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora