Capítulo 29

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Hemos estado aquí sentados, en una banquita del patio trasero, desde que salimos, que fue hace unos 15 minutos y, durante ese tiempo, ninguno de los dos ha dicho absolutamente nada.

Jayden, con los ojos clavados en algún lugar de enfrente, parece sumido en sus pensamientos, mientras que yo, lo miro ansiosamente de reojo cada dos segundos, tratando de descifrar qué está pensando...

Habla, Paris. Habla.

Dile lo equivocado que está Alex.

Explícale que estás bien mentalmente.

¡Habla de una vez o te terminará dejando como lo hizo él!

Una mano fría con tatuajes, me hace salir de mis pensamientos en el momento en el que siento su tacto encima de mi muslo y, en seguida, alzo mi vista hacia Jayden, que me mira con sus ojos teñidos en preocupación, haciendo que algo en mi interior se comprima.

—Rubia, ¿estás bien?—cuestiona en voz baja.

Quiero decirle que sí, que todo está en orden conmigo, pero el sonido de aquella vocecita vuelve a hacer eco en mi cabeza, pidiéndome que hable, y guiada por el miedo y la ansiedad, me veo negando suavemente con la cabeza.

—Jayden, yo...

Paso mi lengua por mis temblorosos labios y tomo su mano, que descansaba en mi muslo, para aferrarme a ella con fuerza, mientras clavo mi ojos en los de él .

—Mi estado mental está bien.

Jayden parpadea, confuso.

—¿Qué?

—Mi estado mental está bien. —repito.

Él vuelve a hacer aquella acción, mirándome más confundido que antes.

—¿De qué hablas, Paris?

—¡De lo que dijo Alex! —exclamo, ansiosa—. No quiero que, por lo que te dijo, pienses que no me encuentro mentalmente estable.

—Paris...

—Yo te prometo que estoy bien. Muy bien...

—Paris...

—Así que, por favor, te pido que no me dejes por las palabras que él te dijo, porque en serio, yo estoy...

—Paris, tranquila—me toma de las mejillas haciendo que me calle al instante—. No voy a dejarte, ni a cambiar el pensamiento que tengo de ti solo por las estúpidas palabras que salieron de un imbécil, ¿está bien?

Asiento suavemente con la cabeza.

—Me gustas mucho, Paris. Mucho. Y ningún comentario acerca de ti, sea bueno o malo, hará que me aleje de ti.

Siento cómo mis ojos comienzan a arder, clara señal de que voy a llorar, por lo que comienzo a tomar varias respiraciones por la nariz para evitar que mis lágrimas se desborden de mis ojos.

—Gracias, Jay. —murmuro con la voz rota.

—¿Por qué?

—Por no creer en lo que te dijo de mi.

Me sonríe con ternura y se acerca a mi hasta que planta un corto beso en mis labios.

—Y siempre será así, Paris.

Mi corazón se calienta con su respuesta y me acerco a él para dejar otro beso en sus labios.

—No se porque Alex dijo eso —digo al separarme—, pero prometo que hablaré con él para que no se vuelva a repetir.

Mi novio hace una mueca.

—Preferiría que no lo hicieras, Paris.

—¿Por qué no?

Enamorada de una super estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora