Capítulo 34

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Me gusta la lluvia.

Me gusta cuando se hace un poco de frío aquí, luego de mayormente este muy caluroso. Es muy reconfortante.

Lo que no me gusta es cuando llueve tan fuerte, porque el mar se ve espeluznante, las palmeras se ladean tan fuerte por el viento que parece que se van a partir a la mitad y el cielo crea tan fuertes relámpagos que me hacen erizar la piel.

Y, por desgracia, hoy es uno de esos días en los que parece que las palmeras se van a romper...

—¿Es muy necesario que vayas a trabajar?—cuestiono con una mueca al escuchar los fuertes relámpagos.

—Si, Iris.

—¿Pero por qué?

—Porque es mi trabajo y debo ir.

—¿Con este clima?

—Si.

Bufo.

—Deberían cerrar los hospitales cada que llueve. —me cruzo de brazos.

Mi madre me mira con diversión.

—Eso no puede ocurrir, Iris.

—¿Por qué?

—Porque si cierran los hospitales quién ayudará a la gente enferma o herida.

Hago una mueca sabiendo que tiene razón y bajo la mirada a mis pies.

—Es que no me gusta que salgas con este clima.

—Lo sé Iris —me toma del rostro y alza mi cabeza—, pero estaré bien. No es la primera vez que salgo a trabajar con un clima de estos.

Suspiro.

—Ten mucho cuidado, mamá.

—Lo tendré.

Se acerca a mi frente y deja un beso en ella.

—Nos vemos por la mañana, hija.

—Si, mami.

Desde mi lugar en las escaleras, veo como se pone el gorro de su impermeable y sale de la casa, tras hacerme una seña con su mano de despedida.

Me quedo un momento más ahí, escuchando al viento chocar contra las ventanas y a la lluvia golpear con fuerza el techo, antes de darme la vuelta y subir las escaleras.

Será una noche muuuy larga.

El «Rover Curiosity» fue enviado para determinar si alguna vez existió vida en Marte, obtener datos del clima, determinar su geología y preparar lo que será la exploración humana en Marte...

Mis ojos ven con atención y asombro como el «Rover Curiosity» recorre Marte haciendo el trabajo por el cual lo mandaron a ese planeta.

—Fascinante. —murmuro y palpo el traste con palomitas para llevarme una a la boca.

Continuo con la mirada totalmente clavada en la televisión, buscando no perderme ningún dato acerca de la posible vida en Marte.

—Wow, sin duda sería increíble que encuentren vida en...

El sonido de un fuerte rayo me hace dar un brinco en mi lugar y me veo a mi misma escondiéndome debajo de las cobijas, presa del miedo, justo cuando la luz de la cocina y la pantalla del televisor se apaga.

¿Qué acaba de ocurrir?

No lo sé.

Saco mi mano de la manta, con los nervios de punta, y la estiró hasta que tomo el control que descansa en la mesita de centro y cuando clickeo varias veces el botón de encendido, me doy cuenta de lo que, posiblemente, ya era evidente: se fue la luz

Enamorada de una super estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora