•Capitulo 33•

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Elena

Convencí a mi mamá y ella dijo que está bien, aunque le mentí. Creo que esta noche me voy a divertir mucho jeje.

Acomodo lo que me voy a llevar, voy a pasar la noche en casa de Vero. Me llevo algo de ropa y mi pijama. Vero me dijo que me iba a prestar un vestido de ella. Cristi también va con nosotras y adivinen quién más va, aparte de Osvaldo. Va a ir también el lindo de Benjamín.

Si él también va, esta noche va a ser la mejor de todas.

Noche de chicas. Y con benjamín.

—Hija, Verónica te está esperando.

—Sí, mamá, ya bajo —le digo.

Terminé de acomodar mi mochila y me la coloqué. Lista para esta noche, va a ser la mejor de todas.

¡Ojalá veamos a nuestro chico de ojos verdes! :)

Ya ni me acordaba de él, ¡na mentira! Siempre estoy pensando en él, pero ni me ha escrito. Seguro se tomó en serio lo de solo amigos.

Me despedí de mi mamá y me dijo: 'Cuídate y no inventes'. Siempre me lo dice. Luego me subí al auto con Vero.

—Lista para esta noche herma.

—¡Por supuesto!

—Vámonos —me dice y me ajusto el cinturón.

En un abrir y cerrar de ojos llegamos a la casa de mi herma, es demasiado grande y lujosa.

—Mi madre tampoco está, ella está de viaje en Milán y ni se preocupa por mí.

—En serio, qué mal.

—Sí, esta casa es inmensamente grande para mí sola.

—Pues claro, hasta yo me sentiría así.

—Vamos a entrar.

—Claro.

Entramos y por dentro era hermosa y espectacular, tenía muchos muebles y pinturas en las paredes extremadamente extravagantes, y también muchas esculturas de cerámica.

—¿Te gusta mi casa? A mí me dan un poco de miedo esas esculturas de cerámica por las noches, jeje.

—Sí, es súper linda. Pues claro, a quién no le daría miedo esas esculturas, a mí igual.

Nos dirigimos a la habitación de mi hermana y también era súper grande.

—Wow, un cuarto de ensueño.

—Sí, para mi gusto lo es, jeje.

Coloqué mi mochila en una de las sillas y me senté en el borde de la cama.

—Es muy cómoda ¿verdad?—me dice

—Sí, y muy suavecita.

Después de unas horas nos estábamos arreglando, llamé a mi mamá para decirle que estábamos bien y que no se preocupara, nos dedicamos a arreglarnos. Vero me prestó un vestido muy bonito con escote rojo, me coloqué unos tacones y estaba lista, súper divina jeje.

Me veo en el espejo y parezco otra persona.

—Esto no soy yo.

—Claro que lo eres, herma. Lo que pasa es que no dejas salir tu belleza, vas a ser la más hermosa de la fiesta. Eso escríbelo.— me dice.

Eso es pura mentira
pero si eres linda éso no se te olvide

—Señorita Verónica — llama una sirvienta que me es familiar y que he visto antes.

•Un amor incondicional•(En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora