Narrado por Pierce
El sol me pegaba de frente, estaba sudando y estos ejercicios son agotadores, y las evaluaciones ya comenzaron. Como de costumbre, estoy abrumado con todo. Este año, el profesor de geometría no nos lo va a poner nada fácil...Pensando en otras cosas, por supuesto, no le creo nada de lo que me dijo a Elena, puede ser, pero hay algo de mentira que voy a averiguar, pero antes voy a hablarle de Lucrecia, esa sí está demente de la cabeza. En ese momento veo pasar a Elena con Cristina del otro lado y se ve muy bonita...
—Joven Collins, ¿por qué te detienes? Corre o recibirás un castigo— me amenaza él profesor. No entiendo por qué los profesores son tan insoportables.
—Oye hermano, ¿vas a ir a la fiesta de bienvenida? Yo sí voy —dice Marcos.
—No sé si vaya, pero lo voy a pensar. ¿Y tú, Erick, vas a ir? —le pregunto.
—No lo sé hermanos, pero les avisaré en caso de cualquier cosa, nos dice.
Termino la clase de deportes. Era la última del día y estaba súper cansado.—me dirijo a cambiarme el uniforme de deportes y en ese momento veo entrar a Lucrecia.
—¿Qué haces tú aquí? ¿No ves que está prohibido? ¡Estás loca o qué! —le digo algo molesto.
—Ay, cariño, no te pongas así. No nos van a ver. Si nos ven así, sabrán que somos novios —me dice y me planta un beso. Enseguida me aparto de ella.
—¡Tú estás loca o qué! ¡Lárgate de aquí, Lucrecia!—le digo muy molesto, empujándola fuera de los vestidores.
—Ay, adiós mi amor —dice.
Está completamente loca por besarme. Ojalá nadie haya visto eso, Dios mío, si Elena lo ve, me va a odiar y me lo merezco. También será mi culpa su tristeza por mí. Es que soy un completo idiota.
Salgo de los vestidores y me dirijo a la biblioteca porque voy a pedir algunos libros de literatura. Voy a la sección de chicas a ver si veo a Elena, pero no sé si esté ahí. Seguramente se fue a su casa, pero igualmente voy a ir.
Entro por la parte trasera y me dirijo a la sección de literatura. Sé esto porque aquí se realizaron las reuniones del consejo estudiantil el año pasado. Por eso, no piensen mal de mí.
Me detengo en la sección de matemáticas porque una chica muy linda me llamó la atención, aquí está mi manzanita.
Ay chico, tú y tus cursilerías.
Me acerco a ella y la encuentro súper concentrada, no nota mi presencia.
—¿Estudiando matemáticas?
Ella voltea algo nerviosa y nota mi presencia.
—Eh, eh, Pierce, ¡hola! ¿Qué haces aquí? ¿Y no está permitido que los chicos se junten con las chicas? —dice.
—Bueno, eso es cierto, pero a esta hora casi nadie está en el instituto, todos están en sus casas excepto nosotros dos —me inclino hacia ella.
—Oye, nos pueden ver, aléjate de mí. Solo podemos ser amigos, eso es todo, Pierce —dice, empujándome y dirigiéndose hacia la salida.
—No, no nos van a ver en serio y bueno, si solo somos amigos, pero podemos platicar.—digo agarrándola del brazo.
—Pierce, ¿qué te sucede? ¿No ves que nos pueden ver? —dice soltándose de mi agarre—te dejé las cosas bien claras ayer: solo podemos ser amigos y ya.
—Sí, lo sé, está bien, pero podemos hablar como amigos —y la miro.
Qué se ve tan linda cuando se sonroja.
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•Un amor incondicional•(En Proceso)
Romance-Te amo- dice él con una sonrisa muy tierna. No sé qué está pasando en este momento. El chico que me gusta me está confesando su amor por mí. -Yoo....-no sé qué decir. -No me contestes ¿sí?-dice- Solo piénsalo y luego me dices. Él se va de mi habit...