Pierce Colliens
Ya han transcurrido 24 horas desde que desapareció mi niña. No he dormido desde entonces. Me quedé en casa para acompañar a mi suegra, que estaba igualmente angustiada. Finalmente, se quedó dormida y la tuvimos que llevar a su habitación. Vero tuvo que marcharse y ahora estoy solo con Cristina y Marcos. Son las 6 de la mañana y realmente no puedo soportar más esta situación. Mi padre se puso en contacto con el instituto para informar lo sucedido. Una vez que todo se calme, iremos a recoger el boletín de calificaciones. En estos momentos, no estoy en condiciones de ir a buscar las calificaciones. Prefiero esperar hasta que mi novia sea encontrada.
—Pierce, no vas a dormir, no has dormido nada —me dice Cristina.
—Déjame en paz, ¡sí! —le contesto.
—Hermano, así como estás no vas a poder encontrar a Elena porque no te das una ducha, comes algo y te avisaremos cuando venga la policía.— me insiste Marcos.
—No, no quiero, aquí me voy a quedar.
Dejan de insistir y se van a la cocina. Oigo que alguien baja las escaleras y es mi suegra.
—Pierce, hijo mío, aún no te has ido, ni has dormido, ni comido nada.
—Suegra, es que...
—Nada, ve a bañarte y come algo. Yo voy a preparar el desayuno.
—¿Cómo puede estar tan bien si su hija ha desaparecido?
—Estoy destrozada y quisiera morirme, pero debo ser fuerte. Hazme caso, ve al baño. Está por allí. Ve, ve.
Le hago caso y tomo una ducha. Marcos me hizo el favor de ir a mi casa y buscarme ropa. Me cambié y, al salir, veo la puerta del cuarto de Elena. Entro y noto que su habitación está algo desordenada, con algunos libros tirados por el suelo. Recojo unos que están cerca del cesto de basura y encuentro algo extraño.
¿Qué es esto?
Son papeles muy arrugados y uno dice:
"Te estoy observando."
Otro dice lo mismo, y hay muchos más.
Esto era lo que Elena me había contado, que le enviaban mensajes de ánimo, y este es de Benjamín. El tipo ese le envió una carta en italiano, pero yo la entiendo perfectamente:
Querida Elena, sé que te conocí hace muy poco tiempo, pero la verdad es que me enamoré de ti como un loco. Eres la chica más linda y hermosa que he conocido en mi vida. Eres espectacular. Sé que no sientes lo mismo por mí y lo entiendo. Estás enamorada de Pierce, el chico con el que me peleé por ti. Él te estaba tratando mal y quería defenderte porque eres muy especial para mí. Sabes una cosa, Elena, lo mejor de este viaje a Nueva York fue conocerte a ti, a los amigos de Cristina. Lo mejor fue que pude conocer una cultura diferente a la mía. Aprendí que no todo tiene que ser perfecto, y que los defectos son lo que nos hace únicos. Eso es algo que me enseñaste tú.
Te amo y sé que no sientes lo mismo por mí; me voy de Nueva York anhelando verte pronto, me iré a Londres. Que seas muy feliz con Pierce, sé que solo soy tu amigo. Cuando quieras venir a Londres, seré tu guía turístico.
Te deseo lo mejor del mundo mundial y que Pierce te haga muy feliz.
Me voy mañana a las 9:00 am a Londres; si quieres despedirte de mí, yo lo sabré agradecer.
Atentamente:
Benjamín Hernández III
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•Un amor incondicional•(En Proceso)
Romance-Te amo- dice él con una sonrisa muy tierna. No sé qué está pasando en este momento. El chico que me gusta me está confesando su amor por mí. -Yoo....-no sé qué decir. -No me contestes ¿sí?-dice- Solo piénsalo y luego me dices. Él se va de mi habit...